Página 245 - Profetas y Reyes (1957)

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Esperanza para los paganos
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Jehová, como cubren la mar las aguas.”
Isaías 11:9
. “La máscara de
la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos, y la cubierta
que está extendida sobre todas las gentes” (
Isaías 25:7
), iba a quedar
finalmente destruída. El Espíritu de Dios iba a derramarse sobre toda
carne. Los que tuviesen hambre y sed de justicia debían contarse
entre el Israel de Dios. Dijo el profeta: “Y brotarán entre hierba,
como sauces junto a las riberas de las aguas. Este dirá: Yo soy de
Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob; y otro escribirá con
su mano, A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.”
Isaías
44:4, 5
.
Fué revelado al profeta el designio benéfico que Dios tenía al
dispersar al impenitente pueblo de Judá entre las naciones de la
tierra. El Señor declaró: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por
esta causa en aquel día: porque yo mismo ... hablo.”
Isaías 52:6
. Y
no sólo debían aprender ellos mismos la lección de obediencia y
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confianza, sino que en los lugares donde fueran desterrados debían
impartir también a otros un conocimiento del Dios viviente. De entre
los hijos de los extranjeros muchos habían de aprender a amarle
como su Creador y su Redentor; comenzarían a observar su santo
día de reposo como monumento recordativo de su poder creador; y
cuando él desnudara “el brazo de su santidad ante los ojos de todas
las gentes,” para librar a su pueblo del cautiverio, “todos los términos
de la tierra” verían la salvación de Dios.
Isaías 52:10
. Muchos de
estos conversos del paganismo desearían unirse por completo con
los israelitas y acompañarlos en su viaje de regreso a Judea. Ninguno
de los tales habría de decir: “Apartaráme totalmente Jehová de su
pueblo” (
Isaías 56:3
); pues el mensaje de Dios por medio de su
profeta a aquellos que se entregasen a él y observasen su ley era que
se contarían desde entonces entre los israelitas espirituales, o sea su
iglesia en la tierra.
“Y a los hijos de los extranjeros que se llegaren a Jehová para
ministrarle, y que amaren el nombre de Jehová para ser sus siervos:
a todos los que guardaren el sábado de profanarlo, y abrazaren mi
pacto, yo los llevaré al monte de mi santidad y los recrearé en mi
casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre
mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los
pueblos. Dice el Señor Jehová, el que junta los echados de Israel:
Aun juntaré sobre él sus congregados.”
Vers. 6-8
.