Página 29 - Profetas y Reyes (1957)

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El templo y su dedicación
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perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra
que diste a ellos y a sus padres. Si los cielos se cerraren, que no
haya lluvias por haber pecado contra ti, si oraren a ti en este lugar,
y confesaren tu nombre, y se convirtieren de sus pecados, cuando
los afligieres, tú los oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de
tus siervos y de tu pueblo Israel, y les enseñarás el buen camino
para que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, la cual diste por
heredad a tu pueblo. Y si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere
pestilencia, si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si
los cercaren sus enemigos en la tierra de su domicilio; cualquiera
plaga o enfermedad que sea; toda oración y todo ruego que hiciere
cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere
su llaga y su dolor en su corazón, si extendiere sus manos a esta
casa, tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu habitación, y
perdonarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, habiendo
conocido su corazón; ... para que te teman y anden en tus caminos,
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todos los días que vivieren sobre la haz de la tierra que tú diste a
nuestros padres.
“Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que
hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu grande nombre, y
de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido, si vinieren, y oraren en
esta casa, tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y
harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a
ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu
nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es
invocado sobre esta casa que he edificado yo. Si tu pueblo saliere
a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los enviares,
y oraren a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la casa que
he edificado a tu nombre, tú oirás desde los cielos su oración y su
ruego, y ampararás su derecho. Si pecaren contra ti, (pues no hay
hombre que no peque,) y te airares contra ellos, y los entregares
delante de sus enemigos, para que los que los tomaren los lleven
cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca, y ellos volvieren en
sí en la tierra donde fueren llevados cautivos; si se convirtieren, y
oraren a ti en la tierra de su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos
hecho inicuamente, impíamente hemos obrado; si se convirtieren a
ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad,
donde los hubieren llevado cautivos, y oraren hacia su tierra que tú