Página 318 - Profetas y Reyes (1957)

Basic HTML Version

314
Profetas y Reyes
y aprovecharon toda oportunidad de familiarizarse con todos los
ramos del saber. Siguieron las reglas de la vida que no podían menos
[357]
que darles fuerza intelectual. Procuraron adquirir conocimiento con
un propósito: el de poder honrar a Dios. Comprendían que a fin de
destacarse como representantes de la religión verdadera en medio de
las falsas religiones del paganismo, necesitaban tener un intelecto
claro y perfeccionar un carácter cristiano. Y Dios mismo fué su
Maestro. Orando constantemente, estudiando concienzudamente y
manteniéndose en relación con el Invisible, anduvieron con Dios
como lo hizo Enoc.
En cualquier ramo de trabajo, el verdadero éxito no es resultado
de la casualidad ni del destino. Es el desarrollo de las providencias
de Dios, la recompensa de la fe y de la discreción, de la virtud y de
la perseverancia. Las bellas cualidades mentales y un tono moral
elevado no son resultado de la casualidad. Dios da las oportunidades;
el éxito depende del uso que se haga de ellas.
Mientras Dios obraba en Daniel y sus compañeros “el querer co-
mo el hacer, por su buena voluntad” (
Filipenses 2:13
), ellos obraban
su propia salvación. En esto se revela cómo obra el principio divino
de cooperación, sin la cual no puede alcanzarse verdadero éxito. De
nada vale el esfuerzo humano sin el poder divino; y sin el esfuerzo
humano, el divino no tiene utilidad para muchos. Para que la gracia
de Dios nos sea impartida, debemos hacer nuestra parte. Su gracia
nos es dada para obrar en nosotros el querer y el hacer, nunca para
reemplazar nuestro esfuerzo.
Así como el Señor cooperó con Daniel y sus compañeros, coope-
rará con todos los que se esfuercen por hacer su voluntad. Mediante
el impartimiento de su Espíritu fortalecerá todo propósito fiel, toda
resolución noble. Los que anden en la senda de la obediencia en-
contrarán muchos obstáculos. Pueden ligarlos al mundo influencias
poderosas y sutiles; pero el Señor puede inutilizar todo agente que
obre para derrotar a sus escogidos; en su fuerza pueden ellos vencer
toda tentación y toda dificultad.
[358]
Dios puso a Daniel y a sus compañeros en relación con los
grandes de Babilonia, a fin de que en medio de una nación idólatra
representasen su carácter. ¿Cómo pudieron ellos hacerse idóneos
para un puesto de tanta confianza y honor? Fué la fidelidad en
las cosas pequeñas lo que dió carácter a toda su vida. Honraron a