Página 350 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
en derredor suyo un resplandor, y en medio del fuego una cosa que
parecía como de ámbar.” Cierto número de ruedas entrelazadas unas
con otras eran movidas por cuatro seres vivientes. Muy alto, por
encima de éstos “veíase la figura de un trono que parecía de piedra
de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía
de hombre sentado sobre él.” “Y apareció en los querubines la figura
de una mano humana debajo de sus alas.”
Ezequiel 1:4, 26; 10:8
. Las
ruedas eran tan complicadas en su ordenamiento, que a primera vista
parecían confusas; y sin embargo se movían en armonía perfecta.
Seres celestiales, sostenidos y guiados por la mano que había debajo
de las alas de los querubines, impelían aquellas ruedas; sobre ellos,
en el trono de zafiro, estaba el Eterno; y en derredor del trono, había
un arco iris, emblema de la misericordia divina.
Como las complicaciones semejantes a ruedas eran dirigidas por
la mano que había debajo de las alas de los querubines, el complicado
juego de los acontecimientos humanos se halla bajo el control divino.
En medio de las disensiones y el tumulto de las naciones, el que está
sentado más arriba que los querubines sigue guiando los asuntos de
esta tierra.
La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó
a cada nación e individuo un lugar en su gran plan. Hoy los hombres
y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de
Aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide
su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos.
Al unir un eslabón con otro en la cadena de los acontecimientos,
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desde la eternidad pasada a la eternidad futura, las profecías que el
gran YO SOY dió en su Palabra nos dicen dónde estamos hoy en la
procesión de los siglos y lo que puede esperarse en el tiempo futuro.
Todo lo que la profecía predijo como habiendo de acontecer hasta
el momento actual, se lee cumplido en las páginas de la historia, y
podemos tener la seguridad de que todo lo que falta por cumplir se
realizará en su orden.
Hoy las señales de los tiempos declaran que estamos en el umbral
de acontecimientos grandes y solemnes. En nuestro mundo, todo
está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía por la
cual el Salvador anunció los acontecimientos que habían de preceder
su venida: “Y oiréis guerras, y rumores de guerras... Se levantará