Página 360 - Profetas y Reyes (1957)

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Capítulo 45—El retorno de los desterrados
La llegada del ejército de Ciro ante los muros de Babilonia
fué para los judíos un indicio de que se acercaba su liberación
del cautiverio. Más de un siglo antes del nacimiento de Ciro, la
Inspiración lo había mencionado por nombre y dejado registrado lo
que iba a hacer al tomar la ciudad de Babilonia de imprevisto, y al
preparar el terreno para libertar a los hijos del cautiverio. Por Isaías
había sido expresado:
“Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano
derecha, para sujetar gentes delante de él,... para abrir delante de él
puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré
las tortuosidades; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro
haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy
guardados; para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que
te pongo nombre.”
Isaías 45:1-3
.
En la inesperada entrada del ejército del conquistador persa al
corazón de la capital babilónica, por el cauce del río cuyas aguas
habían sido desviadas y por las puertas interiores que con negligente
seguridad habían sido dejadas abiertas y sin protección, los judíos tu-
vieron abundantes evidencias del cumplimiento literal de la profecía
de Isaías concerniente al derrocamiento repentino de sus opresores.
Y esto debiera haber sido para ellos una indicación inequívoca de
que Dios estaba encauzando en su favor los asuntos de las naciones;
porque inseparablemente vinculadas con la profecía descriptiva de
cómo iba a ser tomada Babilonia estaban las palabras:
“Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, en diciendo
a Jerusalem, Serás edificada; y al templo: Serás fundado.” “Yo lo
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desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará
mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice
Jehová de los ejércitos.”
Isaías 44:28; 45:13
.
Tampoco eran estas profecías las únicas sobre las cuales los
desterrados podían basar su esperanza de una pronta liberación.
Tenían a su alcance los escritos de Jeremías y en ellos se había
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