Página 363 - Profetas y Reyes (1957)

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El retorno de los desterrados
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“Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro,
como en el día de hoy a todo hombre de Judá, y a los moradores de
Jerusalem, y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todas las
tierras a donde los has echado a causa de su rebelión con que contra
ti se rebelaron...
“De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar,
aunque contra él nos hernos rebelado... Oh Señor, según todas tus
justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalem,
tu santo monte: porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad
de nuestros padres, Jerusalem y tu pueblo dados son en oprobio a
todos en derredor nuestro.
“Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus
ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado,
por amor del Señor. Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus
ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es
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llamado tu nombre: porque no derramamos nuestros ruegos ante
tu acatamiento confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas
miseraciones.
“Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y haz; no
pongas dilación, por amor de ti mismo, Dios mío: porque tu nombre
es llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.”
Daniel 9:4-19
.
El Cielo se inclina para oír la ferviente súplica del profeta. Aun
antes que haya terminado su ruego por perdón y restauración, se
le aparece de nuevo el poderoso Gabriel y le llama la atención a la
visión que había visto antes de la caída de Babilonia y la muerte
de Belsasar. Y luego le esboza en detalle el período de las setenta
semanas, que había de empezar cuando fuese dada “la palabra para
restaurar y edificar a Jerusalem.”
Vers. 25
.
La oración de Daniel fué elevada “en el año primero de Darío”
(
Vers. 1
), el monarca medo cuyo general, Ciro, había arrebatado a
Babilonia el cetro del gobierno universal. El reinado de Darío fué
honrado por Dios. A él fué enviado el ángel Gabriel, “para animarlo
y fortalecerlo.”
Daniel 11:1
. Cuando murió, más o menos unos dos
años después de la caída de Babilonia, Ciro le sucedió en el trono, y
el comienzo de su reinado señaló el fin de los setenta años iniciados
cuando la primera compañía de hebreos fué llevada de Judea a
Babilonia por Nabucodonosor.