Página 444 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
mal, decuplicaban la carga de los siervos de Dios. Esos traidores
proveían a los enemigos del Señor material para que guerreasen
contra su pueblo. Sus malas pasiones y voluntades rebeldes estaban
siempre en pugna con los claros requerimientos de Dios.
El éxito que acompañó los esfuerzos de Nehemías revela lo que
lograrán la oración, la fe y la acción sabia y enérgica. Nehemías
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no era sacerdote ni profeta, ni pretendía título alguno. Fué un re-
formador suscitado para un tiempo importante. Se propuso poner
a su pueblo en armonía con Dios. Inspirado por su gran propósito,
dedicó a lograrlo toda la energía de su ser. Una integridad elevada
e inflexible distinguió sus esfuerzos. Al verse frente al mal y a la
oposición a lo recto, asumió una actitud tan resuelta que el pueblo
fué incitado a trabajar con renovado celo y valor. No podía menos
que reconocer la lealtad, el patriotismo y el profundo amor a Dios
que animaban a Nehemías, y al notar todo esto, el pueblo estaba
dispuesto a seguirlo adónde lo guiaba.
La diligencia en cumplir el deber señalado por Dios es una parte
importante de la religión verdadera. Los hombres deben valerse de
las circunstancias como de los instrumentos de Dios con que se
cumplirá su voluntad. Una acción pronta y decisiva en el momento
apropiado obtendrá gloriosos triunfos, mientras que la dilación y la
negligencia resultarán en fracaso y deshonrarán a Dios. Si los que
dirigen en la causa de la verdad no manifiestan celo, si son indiferen-
tes e irresolutos, la iglesia será negligente, indolente y amadora de
los placeres; pero si los domina el santo propósito de servir a Dios y
a él solo, su pueblo se mantendrá unido, lleno de esperanza y alerta.
La Palabra de Dios abunda en contrastes notables y agudos. Se
ve lado a lado el pecado y la santidad, para que al considerar a am-
bos podamos rehuir el primero y aceptar la última. Las páginas que
describen el odio, la falsedad y la traición de Sambalat y Tobías
describen también la nobleza, la devoción y la abnegación de Esdras
y Nehemías. Se nos deja libres para copiar a cualquiera de ellos,
según nuestra preferencia. Los terribles resultados que tiene la trans-
gresión de los mandamientos de Dios se ponen en contraste con las
bendiciones resultantes de la obediencia. Nosotros mismos debemos
decidir si sufriremos los primeros o si gozaremos las últimas.
La obra de restauración y reforma que hicieron los desterrados
al regresar bajo la dirección de Zorobabel, Esdras y Nehemías, nos
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