Página 45 - Profetas y Reyes (1957)

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Resultados de la transgresión
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nuestros esfuerzos el tacto y la habilidad, la exactitud y la sabiduría,
que el Dios de perfección exigió de los constructores del tabernáculo
terrenal; y sin embargo en todas nuestras labores debemos recordar
que los mayores talentos o los servicios más brillantes son aceptables
tan sólo cuando el yo se coloca sobre el altar, como un holocausto
vivo.
Otra de las desviaciones de los principios correctos que conduje-
ron finalmente a la caída del rey de Israel, se produjo cuando éste
cedió a la tentación de atribuirse a sí mismo la gloria que pertenece
sólo a Dios.
Desde el día en que fué confiada a Salomón la obra de edificar
el templo hasta el momento en que se terminó, su propósito abierto
fué “edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.”
2 Crónicas
6:7
. Este propósito lo confesó ampliamente delante de las huestes
de Israel congregadas cuando fué dedicado el templo. En su oración
el rey reconoció que Jehová había dicho: “Mi nombre estará allí.”
1
Reyes 8:29
.
[48]
Uno de los pasajes más conmovedores de la oración elevada por
Salomón es aquel en que suplica a Dios en favor de los extranjeros
que viniesen de países lejanos a aprender más de Aquel cuya fama
se había difundido entre las naciones. Dijo el rey: “Porque oirán de
tu grande nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido.”
Y elevó esta petición en favor de cada uno de esos adoradores
extranjeros: “Tú oirás, ... y harás conforme a todo aquello por lo
cual el extranjero hubiere a ti clamado: para que todos los pueblos
de la tierra conozcan tu nombre, y te teman, como tu pueblo Israel,
y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo
edifiqué.”
1 Reyes 8:42, 43
.
Al final del servicio, Salomón había exhortado a Israel a que
fuese fiel a Dios, para que, dijo él, “todos los pueblos de la tierra
sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro.”
1 Reyes 8:60
.
Uno mayor que Salomón había diseñado el templo, y en ese
diseño se revelaron la sabiduría y la gloria de Dios. Los que no
sabían esto admiraban y alababan naturalmente a Salomón como
arquitecto y constructor; pero el rey no se atribuyó ningún mérito
por la concepción ni por la construcción.
Así sucedió cuando la reina de Seba vino a visitar a Salomón.
Habiendo oído hablar de su sabiduría y del magnífico templo que