Página 456 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
No quebrará la caña cascada,
ni apagará el pábilo que humeare.”
Isaías 42:2, 3
.
En pronunciado contraste con la conducta de los instructores de
su época, iba a destacarse la del Salvador entre los hombres. En su
vida no iban a presenciarse disputas ruidosas, adoración ostentosa
ni actos destinados a obtener aplausos. El Mesías iba a esconderse
en Dios, y Dios iba a revelarse en el carácter de su Hijo. Sin un
conocimiento de Dios, la humanidad quedaría eternamente perdida.
Sin ayuda divina, hombres y mujeres se degradarían cada vez más.
Era necesario que Aquel que había hecho el mundo les impartiese
vida y poder. De ninguna otra manera podían suplirse las necesidades
del hombre.
Se profetizó, además, acerca del Mesías: “No se cansará, ni
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desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio; y las islas esperarán
su ley.” El Hijo de Dios iba a “magnificar la ley y engrandecerla.”
Vers. 4, 21
. No iba a reducir su importancia ni la vigencia de sus
requerimientos; antes iba a exaltarla. Al mismo tiempo, iba a librar
los preceptos divinos de aquellas gravosas exigencias impuestas por
los hombres, que desalentaban a muchos en sus esfuerzos para servir
aceptablemente a Dios.
Acerca de la misión del Salvador, la palabra de Jehová fué: “Yo
Jehová te he llamado en justicia, y te tendré por la mano; te guardaré
y te pondré por alianza del pueblo, por luz de las gentes; para que
abras ojos de ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de
casas de prisión a los que están de asiento en tinieblas. Yo Jehová:
éste es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a
esculturas. Las cosas primeras he aquí vinieron, y yo anunció nuevas
cosas: antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.”
Vers. 6-9
.
Mediante la Simiente prometida, el Dios de Israel iba a dar
liberación a Sión. “Saldrá una Vara del tronco de Isaí, y un Vástago
retoñará de sus raíces.” “He aquí una virgen que concibe y da a luz
un hijo, y le da el nombre de Emmanuel. Requesones y miel comerá,
hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.”
Isaías 11:1;
7:14, 15 (VM)
.
“Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría
y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová. Y harále entender diligente