Página 55 - Profetas y Reyes (1957)

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El arrepentimiento de Salomón
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puso muchos proverbios. Procuró ... hallar palabras agradables, y
escritura recta, palabras de verdad.”
Escribió: “Las palabras de los sabios son como aguijones; y
como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones,
dadas por un Pastor. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé avisado...
El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios
traerá toda obra a juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta,
buena o mala.”
Eclesiastés 12:9-14
.
Los últimos escritos de Salomón revelan que él fué compren-
diendo cada vez mejor cuán mala había sido su conducta, y dedicó
atención especial a exhortar a la juventud acerca de la posibilidad
de caer en los errores que le habían hecho malgastar inútilmente los
dones más preciosos del Cielo. Con pesar y vergüenza, confesó que
en la flor de la vida, cuando debiera haber hallado en Dios consuelo,
apoyo y vida, se apartó de la luz del cielo y de la sabiduría de Dios y
reemplazó el culto de Jehová por la idolatría. Al fin, habiendo apren-
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dido por triste experiencia cuán insensata es una vida tal, su anhelo
y deseo era evitar que otros pasasen por la amarga experiencia por
la cual él había pasado.
Con expresiones patéticas escribió acerca de los privilegios y
responsabilidades que el servicio de Dios otorga a la juventud:
“Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol: mas
si el hombre viviere muchos años, y en todos ellos hubiere gozado
alegría; si después trajere a la memoria los días de las tinieblas, que
serán muchos, todo lo que le habrá pasado, dirá haber sido vanidad.”
Eclesiastés 11:7-10
.
“Acuérdate de tu Criador en los días de tu juventud,
antes que vengan los malos días,
y lleguen los años, de los cuales digas,
No tengo en ellos contentamiento;
antes que se oscurezca el sol,
y la luz, y la luna y las estrellas,
y las nubes se tornen tras la lluvia:
cuando temblarán los guardas de la casa,
y se encorvarán los hombres fuertes,
y cesarán las muelas, porque han disminuído,