Página 60 - Profetas y Reyes (1957)

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Capítulo 6—La división del reino
“Y durmió Salomón con sus padres, y fué sepultado en la ciudad
de su padre David: y reinó en su lugar Roboam su hijo.”
1 Reyes
11:43
.
Poco después de ascender al trono, Roboam fué a Siquem, donde
esperaba recibir el reconocimiento formal de todas las tribus. “En
Sichem se había juntado todo Israel para hacerlo rey.”
2 Crónicas
10:1
.
Entre los presentes se contaba Jeroboam, hijo de Nabat, el mismo
Jeroboam que durante el reinado de Salomón había sido conocido
como “valiente y esforzado,” y a quien el profeta silonita Ahías
había dado este mensaje sorprendente: “He aquí que yo rompo el
reino de la mano de Salomón, y a ti daré diez tribus.”
1 Reyes 11:28,
31
.
Por medio de su mensajero, el Señor había hablado claramente a
Jeroboam acerca de la necesidad de dividir el reino. Esta división
debía realizarse, había declarado, “por cuanto me han dejado, y han
adorado a Astharoth diosa de los Sidonios, y a Chemos dios de
Moab, y a Moloch dios de los hijos de Ammón; y no han andado en
mis caminos, para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos,
y mis derechos, como hizo David su padre.”
1 Reyes 11:33
.
Se le había indicado, además, a Jeroboam que el reino no debía
dividirse antes que terminase el reinado de Salomón. El Señor había
añadido: “Empero no quitaré nada de su reino de sus manos, sino
que lo retendré por caudillo todos los días de su vida, por amor de
David mi siervo, al cual yo elegí, y él guardó mis mandamientos y
mis estatutos: mas yo quitaré el reino de la mano de su hijo, y darélo
a ti, las diez tribus.”
1 Reyes 11:34, 35
.
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Aunque Salomón había anhelado preparar el ánimo de Roboam,
elegido como sucesor suyo, para que pudiera afrontar con sabiduría
la crisis predicha por el profeta de Dios, nunca había podido ejercer
una influencia enérgica que modelara en favor del bien la mente
de su hijo, cuya educación primera había sido muy descuidada.
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