Página 90 - Profetas y Reyes (1957)

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Profetas y Reyes
Y él usa estos elementos para dar felicidad a sus criaturas. Emplea
liberalmente “su buen depósito, el cielo, para dar lluvia” a la “tie-
rra en su tiempo, y para bendecir toda obra” de las manos de los
hombres.
Deuteronomio 28:12
.
“Tú eres el que envías las fuentes por los arroyos;
Van entre los montes.
Abrevan a todas las bestias del campo:
Quebrantan su sed los asnos montaraces.
Junto a aquéllos habitarán las aves de los cielos;
Entre las ramas dan voces...
El que hace producir el heno para las bestias,
Y la hierba para el servicio del hombre;
Sacando el pan de la tierra.
Y el vino que alegra el corazón del hombre,
Y el aceite que hace lucir el rostro,
Y el pan que sustenta el corazón del hombre...
“¡Cuán muchas son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría:
La tierra está llena de tus beneficios.
Asimismo esta gran mar y ancha de términos:
En ella pescados sin número,
Animales pequeños y grandes...
Todos ellos esperan en ti,
Para que les des su comida a su tiempo.
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Les das, recogen;
Abres tu mano, hártanse de bien.”
Salmos 104:10-15, 24-28
.
Israel había tenido abundantes ocasiones de regocijarse. La tie-
rra a la cual el Señor le había llevado fluía leche y miel. Durante
las peregrinaciones por el desierto, Dios le había asegurado que lo
conducía a un país donde nunca necesitaría sufrir por falta de lluvia.
Esto era lo que le había dicho: “La tierra a la cual entras para
poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde habéis salido,
donde sembrabas tu simiente, y regabas con tu pie, como huerto de
hortaliza. La tierra a la cual pasáis para poseerla, es tierra de montes
y de vegas; de la lluvia del cielo ha de beber las aguas; tierra de