Página 136 - Palabras de Vida del Gran Maestro (1971)

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Capítulo 16—La rehabilitación del hombre
Este capítulo está basado en Lucas 15:11-32.
Las parábolas de la oveja perdida, de la moneda perdida y del
hijo pródigo, presentan en distintas formas el amor compasivo de
Dios hacia los que se descarriaron de él. Aunque ellos se han alejado
de Dios, él no los abandona en su miseria. Está lleno de bondad
y tierna compasión hacia todos los que se hallan expuestos a las
tentaciones del astuto enemigo.
En la parábola del hijo pródigo, se presenta el proceder del Señor
con aquellos que conocieron una vez el amor del Padre, pero que
han permitido que el tentador los llevara cautivos a su voluntad.
“Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre:
Padre, dame la parte de la hacienda que me pertenece: y les repartió
la hacienda. Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo
menor, partió lejos a una provincia apartada”.
Este hijo menor se había cansado de la sujeción a que estaba
sometido en la casa de su padre. Le parecía que se le restringía su
libertad. Interpretaba mal el amor y cuidado que le prodigaba su
padre, y decidió seguir los dictados de su propia inclinación.
El joven no reconoce ninguna obligación hacia su padre, ni ex-
presa gratitud; no obstante reclama el privilegio de un hijo en la
participación de los bienes de su padre. Desea recibir ahora la he-
rencia que le correspondería a la muerte de su padre. Está empeñado
en gozar del presente, y no se preocupa de lo futuro.
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Habiendo obtenido su patrimonio, fue “a una provincia aparta-
da”, lejos de la casa de su padre. Teniendo dinero en abundancia
y libertad para hacer lo que le place, se lisonjea de haber logrado
el deseo de su corazón. No hay quien le diga: No hagas esto, por-
que será perjudicial para ti; o: Haz esto porque es recto. Las malas
compañías le ayudan a hundirse cada vez más profundamente en el
pecado, y desperdicia “su hacienda viviendo perdidamente”.
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