Página 230 - Palabras de Vida del Gran Maestro (1971)

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Palabras de Vida del Gran Maestro
eficientes, bien informados. El Señor nos manda que lo amemos con
todo el corazón, y con toda el alma, y con toda la fuerza, y con toda
la mente. Esto nos impone la obligación de desarrollar el intelecto
hasta su máxima capacidad, para que podamos conocer y amar a
nuestro Creador con todo el entendimiento.
Si el intelecto es colocado bajo el dominio del Espíritu de Dios,
cuanto más se lo cultiva, más eficazmente puede ser usado en el
servicio de Dios. El hombre sin instrucción, que es consagrado a
Dios y anhela beneficiar a otros, puede ser usado por el Señor en su
servicio, y lo es. Pero los que, con el mismo espíritu de consagración,
han tenido el beneficio de una educación cabal, pueden realizar una
obra mucho más extensa para Cristo. Se hallan colocados en una
posición ventajosa.
El Señor desea que obtengamos toda la educación posible, con
el objeto de impartir nuestro conocimiento a otros. Nadie puede
saber dónde o cómo ha de ser llamado a trabajar o hablar en favor
de Dios. Sólo nuestro Padre celestial ve lo que puede hacer de los
hombres. Hay ante nosotros posibilidades que nuestra débil fe no
discierne. Nuestra mente debiera ser enseñada en forma tal que,
si fuere necesario, podamos presentar las verdades de la Palabra
de Dios ante las más altas autoridades terrenales y de un modo
que glorifique su nombre. No deberíamos descuidar ni una sola
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oportunidad de prepararnos intelectualmente para trabajar por Dios.
Pónganse a trabajar los jóvenes que necesitan una educación,
con la determinación de lograrla. No esperéis una oportunidad;
hacedla. Aprovechad cualquier pequeña ocasión que se os presente.
Practicad la economía. No gastéis vuestros medios en la satisfacción
de vuestro apetito o en la búsqueda de los placeres. Decidíos a ser tan
útiles y eficientes como Dios os pide que seáis. Sed cabales y fieles
en todo lo que emprendáis. Aprovechad todas las ventajas que haya
a vuestro alcance para fortalecer el intelecto. Combinad el estudio
de los libros con el trabajo manual útil, y mediante el esfuerzo fiel, la
vigilancia y la oración, obtened la sabiduría de origen celestial. Esto
os dará una educación equilibrada. Así podréis elevaros en carácter,
y adquirir una influencia sobre otras mentes, que os capacitará para
dirigirlas por el sendero de la justicia y la santidad.
Si comprendiéramos plenamente nuestras oportunidades y privi-
legios, se podría llevar a cabo mucho más en la obra de la autoeduca-