Página 24 - Palabras de Vida del Gran Maestro (1971)

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Palabras de Vida del Gran Maestro
la Palabra de Dios con las supuestas enseñanzas de la ciencia, y se la
hace aparecer como errónea e indigna de confianza. Así se siembran
en las mentes juveniles semillas de dudas, que brotan en el tiempo
de la tentación. Cuando se pierde la fe en la Palabra de Dios, el alma
no tiene ninguna guía, ninguna seguridad. La juventud es arrastrada
a senderos que alejan de Dios y de la vida eterna.
A esta causa debe atribuirse, en sumo grado, la iniquidad genera-
lizada en el mundo moderno. Cuando se descarta la Palabra de Dios,
se rechaza su poder de refrenar las pasiones perversas del corazón
natural. Los hombres siembran para la carne, y de la carne siegan
corrupción.
Además, en esto estriba la gran causa de la debilidad y deficien-
cia mentales. Al apartarse de la Palabra de Dios para alimentarse
de los escritos de los hombres no inspirados, la mente llega a empe-
queñecerse y degradarse. No se pone en contacto con los profundos
y amplios principios de la verdad eterna. La inteligencia se adapta
a la comprensión de las cosas con las cuales se familiariza, y al
dedicarse a las cosas finitas se debilita, su poder decrece, y después
de un tiempo llega a ser incapaz de ampliarse.
Todo esto es falsa educación. La obra de todo maestro debe
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tender a afirmar la mente de la juventud en las grandes verdades de
la Palabra inspirada. Esta es la educación esencial para esta vida y
para la vida venidera.
Y no se crea que esto impedirá el estudio de las ciencias, o dará
como resultado una norma más baja en la educación. El conocimien-
to de Dios es tan alto como los cielos y tan amplio como el universo.
No hay nada tan ennoblecedor y vigorizador como el estudio de
los grandes temas que conciernen a nuestra vida eterna. Traten los
jóvenes de comprender estas verdades divinas, y sus mentes se am-
pliarán y vigorizarán con el esfuerzo. Esto colocará a todo estudiante
que sea un hacedor de la palabra, en un campo de pensamiento más
amplio, y le asegurará una imperecedera riqueza de conocimiento.
La educación que puede obtenerse por el escudriñamiento de las
Escrituras, es un conocimiento experimental del plan de la salvación.
Tal educación restaurará la imagen de Dios en el alma. Fortalecerá
y vigorizará la mente contra la tentación, y habilitará al estudiante
para ser un colaborador de Cristo en su misión de misericordia al