Página 261 - Palabras de Vida del Gran Maestro (1971)

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Talentos que dan éxito
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y plata están corrompidos de orín, y su orín os será en testimonio...
Os habéis allegado tesoro para en los postreros días”. “Habéis vivido
en deleites sobre la tierra y sido disolutos”. “He aquí, el jornal de los
obreros que han segado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha
sido pagado de vosotros, clama; y los clamores de los que habían
segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos”
A cada uno se le pedirá que entregue los dones que le fueron
confiados. En el día del juicio final, las riquezas que los hombres
hayan acumulado no les valdrán de nada. No tienen nada que pueden
llamar suyo.
Los que pasan la vida acumulando tesoro mundanal, manifiestan
menos sabiduría, menos reflexión y cuidado por su bienestar eterno
de lo que manifestaba el mayordomo infiel por su sostén terrenal.
Menos sabios que los hijos de este mundo en su generación son
los que profesan ser hijos de la luz. Son aquellos de quienes el
profeta declaró en su visión del gran juicio final: “Aquel día arrojará
el hombre, a los topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus
ídolos de oro, que le hicieron para que adorase; y se entrarán en
las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la
presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad,
cuando se levantare para herir la tierra”
“Haceos de amigos por medio del lucro de injusticia—dice
Cristo—, para que, cuando éste os falte, os reciban en las moradas
eternas”
Dios, Cristo y sus ángeles ministran todos a los afligi-
dos, los dolientes y los pecadores. Entregaos a Dios para esta obra,
emplead sus dones con este propósito, y os asociaréis con los án-
geles celestiales. Vuestro corazón latirá al unísono con el de ellos.
Os asimilaréis a ellos en carácter. Estos habitantes de las moradas
eternas no serán extraños para vosotros. Cuando hayan pasado las
cosas terrenales, los centinelas de las puertas del cielo os darán la
bienvenida.
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Los medios usados para beneficiar a otros producirán recompen-
sas. Las riquezas debidamente empleadas realizarán mucho bien. Se
ganarán almas para Cristo. El que sigue el plan de vida de Cristo
verá en las cortes celestiales a aquellos por quienes ha trabajado y
se ha sacrificado en la tierra. Los redimidos recordarán agradecidos
a los que han sido instrumentos de su salvación. El cielo será algo
precioso para los que hayan sido fieles en la obra de ganar almas.