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              Palabras de Vida del Gran Maestro
            
            
              luz de su gloria—su carácter—ha de brillar en sus seguidores. Así
            
            
              ellos han de glorificar a Dios, han de iluminar el camino a la casa
            
            
              del Esposo, a la ciudad de Dios, a la cena de bodas del Cordero.
            
            
              La venida del esposo ocurrió a medianoche, es decir en la hora
            
            
              más oscura. De la misma manera la venida de Cristo ha de acontecer
            
            
              en el período más oscuro de la historia de esta tierra. Los días de
            
            
              Noé y Lot pintan la condición del mundo precisamente antes de la
            
            
              venida del Hijo del hombre. Las Escrituras, al señalar este tiempo,
            
            
              declaran que Satanás obrará con todo poder y “con todo engaño
            
            
              de iniquidad”
            
            
            
            
              Su forma de obrar es revelada claramente por las
            
            
              tinieblas que van rápidamente en aumento, por la multitud de erro-
            
            
              res, herejías y engaños de estos últimos días. No solamente está
            
            
              Satanás cautivando al mundo, sino que sus mentiras están leudando
            
            
              las profesas iglesias de nuestro Señor Jesucristo. La gran apostasía
            
            
              se desarrollará hasta llegar a las tinieblas de la medianoche, impene-
            
            
              trables como negro saco de cilicio. Para el pueblo de Dios será una
            
            
              noche de prueba, una noche de lloro, una noche de persecución por
            
            
              causa de la verdad. Pero en medio de esa noche de tinieblas, brillará
            
            
              la luz de Dios.
            
            
              El hizo que “de las tinieblas resplandeciese la luz”
            
            
            
            
              Cuando
            
            
              “la tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la
            
            
              haz del abismo”, “el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las
            
            
              aguas. Y dijo Dios: Sea la luz: y fue la luz”
            
            
            
            
              De la misma manera,
            
            
              en la noche de las tinieblas espirituales, es emitida la orden divina:
            
            
              [342]
            
            
              “Sea la luz”. El dice a su pueblo: “Levántate, resplandece, que ha
            
            
              venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”
            
            
            
            
              “He aquí—dicen las Escrituras—que tinieblas cubrirán la tierra
            
            
              y oscuridad los pueblos: mas sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será
            
            
              vista su gloria”
            
            
            
            
              El mundo está envuelto por las tinieblas de la falsa concepción de
            
            
              Dios. Los hombres están perdiendo el conocimiento de su carácter,
            
            
              el cual ha sido mal entendido y mal interpretado. En este tiempo, ha
            
            
              de proclamarse un mensaje de Dios, un mensaje que ilumine con su
            
            
              influencia y salve con su poder. Su carácter ha de ser dado a conocer.
            
            
              Sobre las tinieblas del mundo ha de resplandecer la luz de su gloria,
            
            
              de su bondad, su misericordia y su verdad.
            
            
              Esta es la obra bosquejada por el profeta Isaías en las palabras:
            
            
              “Levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no