Página 31 - Reavivamientos Modernos (1974)

Basic HTML Version

Cómo llegar a ser un cristiano nacido de nuevo
27
pesada maldición en su propio cuerpo en el madero, y ha quitado
la maldición de todos los que creen en él como en un Salvador
personal. Pone fin al poder dominante del pecado en el corazón, y la
vida y el carácter del creyente testifican de la naturaleza genuina de
la gracia de Cristo.
A los que le piden, Jesús les imparte el Espíritu Santo, pues
es necesario que cada creyente sea liberado de la corrupción, así
como de la maldición y condenación de la ley. Mediante la obra del
Espíritu Santo, la santificación de la verdad, el creyente llega a ser
idóneo para los atrios del cielo, pues Cristo actúa dentro de él y la
justicia de Cristo está sobre él. Sin esto, ningún alma tendrá derecho
al cielo. No disfrutaríamos del cielo a menos que estuviéramos
calificados para su santa atmósfera por la influencia del Espíritu y
de la justicia de Cristo.
A fin de ser candidatos para el cielo, debemos hacer frente a
los requerimientos de la ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda
tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”.
Lucas 10:27
. Sólo
podemos hacer esto al aferrarnos por fe de la justicia de Cristo.
Contemplando a Jesús recibimos en el corazón un principio viviente
y que se expande; el Espíritu Santo lleva a cabo la obra y el creyente
progresa de gracia en gracia, de fortaleza en fortaleza, de carácter en
[27]
carácter. Se amolda a la imagen de Cristo hasta que en crecimiento
espiritual alcanza la medida de la estatura plena de Cristo Jesús. Así
Cristo pone fin a la maldición del pecado y libera al alma creyente
de su acción y efecto.
¿Hay algo entre Dios y yo?
Sólo Cristo puede hacer esto, pues “debía ser en todo semejante
a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacer-
dote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del mundo.
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para
socorrer a los que son tentados”.
Hebreos 2:17, 18
. La reconciliación
significa que desaparece toda barrera entre el alma y Dios, y que
el pecador comprende lo que significa el amor perdonador de Dios.
Debido al sacrificio hecho por Cristo para los hombres caídos, Dios
puede perdonar en justicia al transgresor que acepta los méritos de