Página 44 - Reavivamientos Modernos (1974)

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Reavivamientos Modernos
que Cristo vive en mí: y aquella vida que ahora vivo en la carne, la
vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó, y se dio a sí mismo
por mí”.
Gálatas 2:20 (VM)
. Reposemos en Dios. El puede guardar
lo que le hemos confiado. Si nos ponemos en sus manos, nos hará
más que vencedores por medio de Aquel que nos amó
Ud. puede contar con esto
“El que mediante su propia expiación proveyó para el hombre
un caudal infinito de poder moral, no dejará de emplear ese poder
en nuestro favor... Todas las fuerzas satánicas no tienen poder para
vencer a un alma que con fe sencilla se apoya en Cristo”
“Se ha dispuesto gracia abundante para que el alma creyente
pueda ser preservada del pecado”
“En él tenemos una ofrenda completa, un sacrificio infinito, un
poderoso Salvador, que puede salvar hasta lo último a todos los
que vienen a Dios por medio de él. Con amor, viene a revelar al
Padre, a reconciliar al hombre con Dios, a hacerlo una nueva criatura,
renovada de acuerdo con la imagen de Aquel que lo creó”
El problema de Pedro
El mal que provocó la caída de Pedro [de negar a Cristo en su
juicio]... está ocasionando la ruina de millares. No hay nada que
ofenda tanto a Dios, o que sea tan peligroso para el alma humana,
como el orgullo y la suficiencia propia. De todos los pecados es el
más desesperado, el más incurable.
La caída de Pedro no fue instantánea, sino gradual. La confianza
propia lo indujo a creer que estaba salvado, y dio paso tras paso en
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el camino descendente hasta que pudo negar a su Maestro. Nunca
podemos con seguridad poner la confianza en el yo, ni tampoco,
estando, como nos hallamos, fuera del cielo, hemos de sentir que nos
encontramos seguros contra la tentación. Nunca debe enseñarse a
los que aceptan al Salvador, aunque sean sinceros en su conversión,
a decir o sentir que están salvados. Eso es engañoso. Debe enseñarse
a todos a acariciar la esperanza y la fe; pero aun cuando nos entre-
gamos a Cristo y sabemos que él nos acepta, no estamos fuera del
alcance de la tentación. La Palabra de Dios declara: “Muchos serán