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Orientar la santificación de la familia, 10 de mayo
Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de
él.
Proverbios 22:6
.
Insto a los padres a que junto a sus hijos se preparen para unirse a la familia
celestial. Estén listos y, por consideración a Cristo, vivan en condiciones de
encontrarse con el Salvador en paz. Denle la dirección debida a esta tarea que
comienza en la familia. Profundicen el tema hasta las raíces. Traigan la verdad
al hogar para que lo purifique y santifique. No permanezcan al margen de este
desafío. ¡Cuánta ceguera manifiestan muchos cristianos en esto que es de su propio
interés! Fracasan completamente al no ver lo que Cristo podría hacer por ellos
si le permitieran actuar en el seno del hogar. Con el mismo fervor que emplean
los mundanos para conquistar ventajas terrenales, los creyentes deberían actuar
sinceramente para recibir la corona de la vida. Como resultado, la iglesia de Dios
ciertamente avanzará con gran poder...
El Espíritu Santo inspira acciones que armonizan con la ley de Dios. Su
obra regeneradora será vista en las familias que realizan esfuerzos concienzudos
para que se manifieste entre ellos la bondad, la paciencia y el amor. Hay fuerzas
todopoderosas que están en acción para que las mentes y los corazones se sometan
a la influencia modeladora del Espíritu Santo, las que conducirán a los padres a
santificarse, a fin de que los hijos también puedan ser santificados.
Los hogares cuyos miembros son atentos y corteses como cristianos, ejercerán
una influencia de mucho alcance para el bien. Inspirados por los resultados, otras
familias seguirán el ejemplo y se convertirán en guardianes del hogar contra las
influencias satánicas.
Los ángeles de Dios visitarán con frecuencia los hogares en donde predomina
la voluntad de Dios. Bajo el poder de la gracia divina, esos hogares se convierten en
refugios acogedores para el cansado y fatigado peregrino. Mediante una vigilancia
cuidadosa, el egoísmo no tiene lugar para manifestarse. Allí se forman los hábitos
correctos y se cultiva un cuidadoso reconocimiento de los derechos de los demás.
La fe que obra por amor y que purifica al ser entero está en el timón para dirigir a
toda la familia. Bajo la santa influencia de estos hogares se reconocen y obedecen
ampliamente los principios de fraternidad cristiana fundamentados en la Palabra
de Dios.—
The Southern Watchman, 19 de enero de 1904
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