La obra educativa: un plan de Dios para la iglesia, 19 de agosto
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del
Santísimo es la inteligencia.
Proverbios 9:10
.
El verdadero objeto de la educación es formar hombres y mujeres idóneos
para servir, desarrollar y poner en ejercicio activo todas sus facultades. La obra
de nuestros colegios y escuelas preparatorias debe ser fortalecida año tras año;
porque en ellas nuestros jóvenes han de prepararse para entrar en el servicio del
Señor como obreros eficientes. El Señor invita a los jóvenes a ingresar en nuestras
escuelas a fin de prepararse rápidamente para una obra activa. El tiempo es corto.
Por doquiera se necesitan obreros para Cristo. Incentivos urgentes deben ofrecerse
a los que debieran estar hoy empeñados en un esfuerzo ferviente por el Maestro.
Nuestras escuelas han sido establecidas por el Señor; y si son dirigidas en
armonía con su propósito, los jóvenes enviados a ellas serán rápidamente prepara-
dos para dedicarse a diversos ramos de la obra misionera. Algunos se alistarán
para entrar en el campo como enfermeros misioneros, otros como colportores,
otros como evangelistas, y aun otros como ministros evangélicos. Algunos estarán
preparados para encargarse de las escuelas de iglesia, en las cuales se han de
enseñar a los niños los rudimentos de la educación. Esta obra es muy importante,
y exige gran habilidad y estudio cuidadoso.
Satanás está procurando apartar a los hombres y mujeres de los principios
correctos. El enemigo de todo bien desea ver a los seres humanos adiestrados de
tal manera que ejerzan influencia de parte del error, en vez de usar sus talentos para
beneficio de sus semejantes. Y muchos que profesan pertenecer a la verdadera
iglesia de Dios caen bajo sus engaños. Los induce a desviarse de su fidelidad al
Rey de los cielos...
Para fortalecer a los jóvenes contra las tentaciones del enemigo, hemos estable-
cido escuelas donde pueden prepararse para ser útiles en esta vida y servir a Dios
durante toda la eternidad. Los que son sinceros para la gloria de Dios desearán
fervorosamente prepararse para un servicio especial; porque el amor de Cristo
tendrá una influencia controladora sobre ellos. Este amor imparte una energía más
que finita, y prepara a los seres humanos para realizaciones divinas.—
Consejos
para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 377, 378
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