El ministerio médico, 20 de agosto
Y cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y
cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él.
Hechos 10:38
.
Nuestra obra está claramente definida. Como el Padre envió a su Hijo unigé-
nito, así Cristo nos envía a nosotros, sus discípulos, como sus obreros médico-
misioneros. Al cumplir esta elevada y santa misión, tenemos que hacer la voluntad
de Dios. Ninguna mente o juicio humano debe ser nuestro criterio acerca de qué
constituye la obra médico-misionera genuina...
Es de origen celestial. No fue originada por ninguna persona que viva ahora.
Pero en relación con este trabajo vemos tantas cosas que deshonran a Dios que se
me ha instruido decir: La obra médico-misionera es de origen divino, y tiene una
misión muy gloriosa que cumplir. En todas sus directivas ha de estar en armonía
con la obra de Cristo. Los que son obreros junto con Dios representarán tan
ciertamente el carácter de Jesús, como Cristo representó el carácter de su Padre
mientras estuvo en este mundo.
Se me ha instruido para decir que Dios limpiará la obra médico-misionera de la
mancha de la mundanalidad, y la elevará para estar en su verdadera posición ante
el mundo. Cuando se introducen en esta obra planes que ponen en peligro a los
creyentes, se destruye su influencia. Por esto, en la realización de la obra médico-
misionera han surgido muchas perplejidades que demandan nuestra cuidadosa
consideración...
Nada nos ayudará más en esta etapa de nuestra obra que comprender y cumplir
la misión del mayor Médico Misionero que alguna vez estuvo sobre la tierra; nada
ayudará más que percibir cuán sagrada es esta clase de obra y cuán perfectamente
corresponde con la obra del gran Misionero. El propósito de nuestra misión es el
mismo que el de la misión de Cristo. ¿Por qué envió Dios a su Hijo al mundo caído?
Para dar a conocer y demostrar ante la humanidad el amor de Dios hacia ellos.
Cristo vino como Redentor. A través de todo su ministerio tenía que mantener en
alto su misión de salvar a los pecadores.—
Medical Ministry, 24
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