Consejo divino para los padres, 26 de agosto
Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el
principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra
de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
1 Juan 2:14
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Los padres deben entender que, al seguir las indicaciones divinas en la educa-
ción de sus hijos, tendrán la ayuda de lo alto. Su gran recompensa consiste en que
al enseñar, ellos aprenden. Sus hijos alcanzarán victorias mediante el conocimiento
que han adquirido al obedecer el camino del Señor. Serán capacitados para vencer
las tendencias naturales y heredadas hacia el mal. Al dar un ejemplo de bondad
y paciencia, al modelar los caracteres de sus hijos según el modelo divino, los
padres y las madres se han capacitado para ayudar a otros jóvenes.
Padres, es tarea de ustedes desarrollar en sus niños la paciencia, la constancia
y el amor genuino. Al tratar debidamente con los niños que Dios les dio, están
ayudándolos a poner un buen fundamento para desarrollar caracteres puros y bien
equilibrados. Están inculcando en sus mentes principios que un día ellos seguirán
en sus propias familias. Ustedes verán el efecto de sus esfuerzos bien dirigidos
cuando ellos conduzcan sus propios hogares en el camino del Señor.
¡Bienaventurada la familia cuyo padre y madre se han entregado a Dios para
hacer su voluntad! Una familia bien ordenada y disciplinada habla más en favor
del cristianismo que todos los sermones que puedan predicarse. Tal hogar da
evidencia de que los padres han tenido éxito en seguir las instrucciones divinas,
y de que sus hijos servirán al Señor en la iglesia. Su influencia crece; porque al
impartir, reciben para impartir otra vez. El padre y la madre encuentran que los
hijos son sus ayudadores, al dar a otros la instrucción que recibieron en el hogar.
El vecindario donde viven recibe ayuda, porque ha sido enriquecido para el tiempo
y la eternidad. Toda la familia está involucrada en el servicio del Maestro; y por
su ejemplo piadoso, otros son inspirados a ser fieles y a tener confianza en Dios
al tratar con el rebaño, su hermosa grey.—
The Review and Herald, 6 de junio de
1899
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