Página 137 - Servicio Cristiano (1981)

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Los métodos
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amplios serán trazados en tiempo oportuno; pero el esfuerzo y el
interés individual por vuestros amigos y vecinos hará mucho más de
lo que puede estimarse. Es por falta de esta clase de labor por lo que
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las almas por las cuales Cristo murió están pereciendo.
Un alma es de infinito valor; pues el Calvario habla de su pre-
cio. Un alma, ganada para la verdad, será el instrumento para ganar
a otros, y habrá un resultado creciente de bendición y salvación.
Vuestro trabajo puede realizar mayor bien verdadero que las reunio-
nes más extensas si falta el esfuerzo personal. Cuando ambos tipos
de obra se combinan, con la bendición de Dios, puede hacerse un
trabajo más perfecto y acabado; pero si podemos realizar sólo una
parte, ésta debe ser la obra individual de abrir las Escrituras en los
hogares, haciendo llamamientos personales, y hablando amigable-
mente con los miembros de la familia, no acerca de cosas de pequeña
importancia, sino de los grandes temas de la redención. Hacedles
ver que vuestros corazones están agobiados por la salvación de las
almas.—
The Review and Herald, 13 de marzo de 1888
.
Id a la gente
No hemos de esperar que las almas vengan a nosotros; debemos
buscarlas donde estén. Cuando la Palabra ha sido predicada en
el púlpito, la obra sólo ha comenzado. Hay multitudes que nunca
recibirán el Evangelio a menos que éste les sea llevado.—
Lecciones
Prácticas del Gran Maestro, 210
.
La comisión evangélica es la magna carta misionera del reino
de Cristo. Los discípulos habían de trabajar fervorosamente por
las almas, dando a todos la invitación de misericordia. No debían
esperar que la gente viniera a ellos; sino que debían ir ellos a la
gente con su mensaje.—
Los Hechos de los Apóstoles, 23
.
Invitad a la gente a vuestro hogar para estudiar la Biblia
Invitad a vuestros vecinos a vuestra casa, y leedles trozos de
la Biblia y de libros que expliquen sus verdades. Invitadlos a que
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se unan con vosotros en el canto y la oración. En estas pequeñas
reuniones Cristo mismo estará presente, tal como lo prometió, y su
gracia tocará los corazones.—
El Ministerio de Curación, 142
.