Página 195 - Servicio Cristiano (1981)

Basic HTML Version

El movimiento de expansión de la iglesia
191
deben sentir amor por las almas, y una preocupación de trabajar por
ellas, y deben estudiar cómo traerlas a la verdad. Pueden distribuir
nuestras publicaciones, realizar reuniones en sus hogares, relacionar-
se con sus vecinos, e invitarlos a estas reuniones. Así pueden hacer
brillar su luz por sus buenas obras.—
Testimonies for the Church
8:245
.
Hermanos que deseen cambiar de ubicación, que tengan en vista
la gloria de Dios y sientan que descansa sobre ellos una responsa-
bilidad individual de hacer bien a otros, de salvar a las almas por
las cuales Cristo no perdonó su preciosa vida, debieran mudarse a
pueblos y aldeas donde haya muy poca o ninguna luz, donde puedan
ser de verdadera utilidad, y bendecir a otros por medio de su trabajo
y experiencia. Se necesitan misioneros que vayan a las aldeas y pue-
blos y enarbolen el estandarte de la verdad, a fin de que Dios pueda
tener sus testigos diseminados por toda la tierra para que la luz de la
verdad pueda penetrar allí donde aún no ha llegado, y el estandarte
de la fe sea levantado donde no es aún conocido.—
Testimonies for
the Church 2:115
.
Nada despierta el celo abnegado ni ensancha y fortalece el carác-
ter tanto como el trabajar por otros. Muchos cristianos profesos, al
buscar relaciones en la iglesia, piensan sólo en sí mismos. Quieren
gozar de la comunión de la iglesia y de los cuidados del pastor. Se
hacen miembros de iglesias grandes y prósperas, y se contentan con
hacer muy poco por los demás. Así se privan de las más preciosas
[224]
bendiciones. Muchos sacarían gran provecho si sacrificaran sus rela-
ciones sociales agradables que llevan al ocio. Necesitan ir adonde
sus energías sean requeridas para la obra cristiana, y a donde puedan
aprender a hacer honor a sus responsabilidades.—
El Ministerio de
Curación, 141
.
Hay en Norteamérica miles de lugares donde podría iniciarse la
obra, en los cuales el estandarte de la verdad nunca ha sido elevado,
donde la proclamación de la verdad nunca ha sido escuchada. Y hay
miles que podrían entrar en el campo de la mies, y que ahora se hallan
religiosamente ociosos, como resultado de lo cual están arruinando
su camino al cielo, y expresando su duda con respecto a si son
cristianos. Su necesidad consiste en una unión vital con Cristo Jesús.
Entonces podrá decirse de ellos: “Sois colaboradores con Dios.”
Quiero decir a muchos: ¿Estáis esperando que alguien os lleve a la