Página 270 - Servicio Cristiano (1981)

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Servicio Cristiano
Condiciones para recibirlo
El Espíritu Santo será derramado sobre todos los que están pi-
diendo el pan de vida para darlo a sus vecinos.—
Testimonies for the
Church 6:90
.
Cuando pongamos nuestro corazón en unidad con Cristo y nues-
tra vida en armonía con su obra, el Espíritu que descendió sobre los
discípulos en el día de Pentecostés, descenderá sobre nosotros.—
Joyas de los Testimonios 3:250
.
No es por causa de restricción alguna por parte de Dios por lo
que las riquezas de su gracia no fluyen hacia la tierra, a los hombres.
Si todos tuvieran la voluntad de recibir, todos serían llenados de su
Espíritu.—
Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 385
.
El Espíritu espera que lo pidamos y recibamos.—
Lecciones
Prácticas del Gran Maestro, 111
.
Puesto que éste es el medio por el cual hemos de recibir poder,
¿por qué no tener más hambre y sed del don del Espíritu? ¿Por qué
no hablamos de él, oramos por él y predicamos respecto a él?—
Los
Hechos de los Apóstoles, 41
.
[313]
Si la promesa no se cumple como debiera, se debe a que no es
apreciada debidamente. Si todos lo quisieran, todos serían llenados
del Espíritu.—
Los Hechos de los Apóstoles, 41
.
Cada obrero debiera elevar su petición a Dios por el bautismo
diario del Espíritu. Debieran reunirse grupos de obreros cristianos
para solicitar ayuda especial y sabiduría celestial para hacer planes
y ejecutarlos sabiamente. Debieran orar especialmente porque Dios
bautice a sus embajadores escogidos en los campos misioneros con
una rica medida de su Espíritu.—
Los Hechos de los Apóstoles, 41,
42
.
Pongan los creyentes a un lado toda disensión y entréguense a
Dios para la salvación de los perdidos. Pidan con fe la prometida
bendición y ella vendrá.—
Testimonies for the Church 8:21
.
Los discípulos no pidieron una bendición para sí mismos. Se
sentían abrumados con una carga por las almas. El Evangelio había
de ser llevado hasta los confines de la tierra, y ellos reclamaban la
investidura de poder que Cristo les había prometido. Fué entonces
cuando se derramó el Espíritu Santo y se convirtieron miles en un
día.—
The Southern Watchman, 1 de agosto de 1905
.