Página 31 - Servicio Cristiano (1981)

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El llamado de Dios al servicio
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comunicar a los demás la luz de la verdad.—
Testimonies for the
Church 2:632
.
El resultado de la obra de Jesús, mientras estaba sentado, cansado
y hambriento, al lado del pozo, fué muy extenso en bendiciones. El
alma a quien trató de ayudar vino a ser un medio de alcanzar a otros
y traerlos al Salvador. Tal fué siempre la manera en que la obra de
Dios progresó en la tierra. Dejad resplandecer vuestra luz y otras
luces se encenderán.
Muchos tienen la idea de que son responsables ante Cristo solo
por la luz y la experiencia, y que no dependen de sus seguidores
reconocidos en la tierra. Jesús es el amigo de los pecadores, y su
corazón simpatiza con el dolor de ellos. Tiene toda potestad, tanto en
el cielo como en la tierra; pero respeta los medios que ha dispuesto
para la iluminación y salvación de los hombres; dirige a los pecado-
res a la iglesia, que él ha puesto como un medio de comunicar luz al
mundo.—
Los Hechos de los Apóstoles, 100
.
A la iglesia primitiva se le había encomendado una obra de
crecimiento constante: el establecer centros de luz y bendición don-
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dequiera hubiese almas honestas dispuestas a entregarse al servicio
de Cristo.—
Los Hechos de los Apóstoles, 74
.
Así como los rayos del sol penetran hasta las partes más remotas
del mundo, Dios quiere que el Evangelio llegue a toda alma en la
tierra. Si la iglesia de Cristo cumpliera el propósito del Señor, se
derramaría luz sobre todos cuantos moran en las tinieblas y regiones
de sombra de muerte.—
El Discurso Maestro de Jesucristo, 42
.
Es el privilegio de toda alma ser un canal vivo por medio del
cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las
inescrutables riquezas de Cristo. No hay nada que Cristo desee tanto
como agentes que representen ante el mundo su Espíritu y carácter.
No hay nada que el mundo necesite tanto como la manifestación
del amor del Salvador mediante la humanidad. Todo el cielo está
esperando que haya canales por medio de los cuales pueda derra-
marse el aceite santo para que sea un gozo y una bendición para los
corazones humanos.—
Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 386
.
La gloria de la iglesia de Dios radica en la piedad de sus miem-
bros; porque allí está el escondedero del poder de Cristo. La influen-
cia de los sinceros hijos de Dios puede ser estimada como de poco
valor, pero será sentida a través del tiempo, y revelada debidamente