Disfrutar del rico banquete que se encuentra en la palabra, 25
de abril
Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no
tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os
enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha
enseñado, permaneced en él.
1 Juan 2:27
.
Creamos en la Palabra de Dios. Quien se alimente de ese modo del Pan del
cielo, y se nutra así todos los días, sabrá qué significan las palabras: “No tenéis
necesidad de que nadie os enseñe”. Disponemos de lecciones puras disponibles de
los labios de nuestro Dueño, quien nos ha comprado por el precio de su propia
sangre. La preciosa Palabra de Dios es un fundamento sólido sobre el cual podemos
construir. Cuando aparezca la gente con sus suposiciones, díganles que el gran
Maestro les ha dejado su Palabra, que es de incalculable valor, y que ha enviado
un Consolador en su propio nombre, es a saber, el Espíritu Santo. “Él os enseñará
todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Juan 14:26
.
Aquí se nos presenta un rico banquete, del cual pueden participar todos los
que creen que Cristo es su Salvador personal. Es el árbol de la vida para todos los
que sigan alimentándose de él.—
Cada Día con Dios, 292
.
Se me ha ordenado que pregunte a los que profesan recibir a Cristo como
su Salvador personal: ¿Por qué no hacen caso de las palabras del Gran Maestro,
y envían sus cartas a seres humanos para conseguir palabras de consuelo? ¿Por
qué confían en la ayuda humana cuando tienen las numerosas, plenas y grandes
promesas: “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece y yo en él...
Éste es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná,
y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente”
Juan 6:56, 58
? Pueden
morir, pero la vida de Cristo en ellos es eterna, y serán resucitados en el último
día. “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que
yo os he hablado son espíritu y son vida”
Juan 6:63
...
Se me ha instruido por la Palabra de Dios que sus promesas son para mí y para
cada hijo e hija de Dios. El banquete está puesto delante de nosotros; estamos
invitados a comer la Palabra de Dios que fortalecerá cada músculo y tendón
espirituales.—
Manuscript Releases, 132, 133
.
[123]
124