Nunca aprovecharse de la desgracia de otro, 5 de junio
No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda
la ropa de la viuda.
Deuteronomio 24:17
.
La Palabra de Dios no sanciona los métodos que enriquezcan a una clase
mediante la opresión y las penurias impuestas a otra. Esta Palabra nos enseña
que, en toda transacción comercial, debemos ponernos en el lugar de aquellos
con quienes tratamos; mirar no sólo por nuestros intereses, sino también por los
ajenos. El que se aprovecha del infortunio de otro para medrar, o se vale de la
flaqueza o la incompetencia de su prójimo, viola los principios y los preceptos de
la Palabra de Dios.
“No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda
la ropa de la viuda”. “Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no
entrarás en su casa para tomarle la prenda. Te quedarás fuera, y el hombre a quien
prestaste te sacará la prenda. Y si el hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo
aún su prenda”. “Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol
se lo devolverás. Porque sólo eso es su cubierta... ¿En qué dormirá? Y cuando él
clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso”. “Y cuando vendiereis algo a
vuestro prójimo, o comprareis de mano de vuestro prójimo, no engañe ninguno a
su hermano”
Deuteronomio 24:17, 10-12
;
Éxodo 22:26, 27
;
Levítico 25:14
.
“No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida”.
“No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa grande
y efa pequeño”. “Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis”
Levítico
19:35
;
Deuteronomio 25:13, 14
;
Levítico 19:36
.
“Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”.
“El impío toma prestado y no paga; mas el justo tiene misericordia y da”
Mateo
5:42
;
Salmos 37:21
...
El plan de vida que Dios dio a Israel estaba destinado a ser una lección objetiva
para toda la humanidad. Si estos principios fueran practicados hoy, ¡cuán diferente
sería el mundo!—
El Ministerio de Curación, 141, 142
.
[164]
168