Los cristianos nunca deben apartarse de la integridad, 20 de
junio
Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos
delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que
los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
Lucas
16:15
.
En todos los detalles de la vida deben mantenerse los más estrictos principios
de honestidad. Éstos... gobiernan el mundo, porque Satanás, un engañador, menti-
roso y opresor, es el amo, y sus súbditos lo siguen y ejecutan sus propósitos. Pero
los cristianos sirven bajo un Amo diferente, y sus acciones deben realizarlas sin
tomar en cuenta la ganancia egoísta. La desviación de la perfecta limpieza en las
transacciones comerciales puede ser poca cosa según algunos, pero nuestro Salva-
dor no lo consideró así. Sus palabras... son claras y explícitas: “El que es fiel en lo
muy poco, también en lo más es fiel”.
Lucas 16:10
. Si alguien se aprovecha de
su vecino en cosas de poca monta, se aprovechará en mayor medida cuando se le
presente la tentación. Un falso testimonio en un asunto de poca importancia es tan
deshonesto a la vista de Dios como una falsedad en algo mucho más importante.
En el mundo cristiano actual se práctica el fraude en una medida alarmante.
La gente que guarda los mandamientos de Dios debería demostrar que está por
encima de esas cosas. Las prácticas deshonestas, que malogran los tratos de los
hombres y las mujeres con sus semejantes, nunca deberían ser llevadas a cabo por
alguien que profesa creer la verdad presente. El pueblo de Dios le causa un gran
daño a la verdad cuando se aparta en lo más mínimo de la integridad. Puede ser
que la apariencia de alguien no sea muy agradable; puede que sea deficiente en
muchos sentidos, pero si tiene la reputación de ser recto y honesto, se lo respetará.
La estricta integridad cubre muchos rasgos objetables de carácter. Las personas
que se aferren insistentemente a la verdad, ganarán la confianza de todos. No
sólo confiarán en ellos sus hermanos en la fe; los incrédulos también se verán
obligados a reconocerlas como personas de honor.
Los siervos de Dios están más o menos obligados a participar de las transaccio-
nes comerciales del mundo, pero deberían comprar y vender sabiendo que el ojo
de Dios está sobre ellos. No se deben usar ni balanzas falsas ni pesas engañosas,
porque son abominación para el Señor. En cada transacción comercial el cristiano
debe ser exactamente lo que él quiere que sus hermanos crean que es. Su conducta
tiene la dirección que le imprimen los principios fundamentales. No traza planes
engañosos; por lo tanto, no tiene nada que ocultar, nada que disimular.—
Mente,
Carácter y Personalidad 2:452, 453
.
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