Imitar a Cristo, no al mundo, 22 de junio
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1
Timoteo 6:10
.
Vi que el pueblo de Dios está en gran peligro: muchos son moradores de
la tierra; sus intereses y afectos están concentrados en este mundo. Su ejemplo
no es bueno. El mundo queda engañado por el proceder que siguen muchos que
profesan verdades nobles y grandes. Nuestra responsabilidad está de acuerdo con
la luz que nos fue dada, con los favores y dones que nos han sido concedidos. La
responsabilidad más pesada descansa sobre los obreros que poseen los talentos,
las oportunidades y las habilidades mayores...
Me fue presentado el hermano A como el que representa a una clase de
personas que están en una posición similar. Nunca han sido indiferentes a las
ventajas mundanales más pequeñas. Mediante una diligente discreción comercial
y por medio de inversiones exitosas, por medio de operaciones bursátiles, no con
dólares, sino con centavos y cuartos de peniques, han acumulado bienes. Pero, al
hacer eso, han formado facultades inconsistentes con el desarrollo del carácter
cristiano. Su vida de ninguna manera representa a Cristo, por cuanto aman el
mundo y sus ganancias más de lo que aman a Dios o la verdad. “Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él”.
1 Juan 2:15
.
Todos los talentos que poseen los hombres y las mujeres pertenecen a Dios.
La conformidad y los afectos mundanales están prohibidos enfáticamente en su
Palabra. Cuando el poder de la gracia transformadora de Dios opera en el corazón,
hará que una persona, que hasta ahora había sido mundana, camine en las sendas
de la beneficencia. Los que han determinado en su corazón enriquecerse en el
mundo, “caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que
hunden a los hombres en destrucción y perdición, porque raíz de todos los males
es el dinero [el fundamento de toda avaricia y mundanalidad], el cual, codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
1
Timoteo 6:9, 10
...
Jesús ha abierto para todos un camino por el cual puede obtenerse sabiduría,
gracia y poder. Él es nuestro ejemplo en todas las cosas y nada debe desviar la
mente del objeto principal en la vida, que es tener a Cristo en el alma, ablandando
y subyugando el corazón. Cuando esto sea el caso, cada miembro de iglesia,
cada uno que profesa la verdad, será semejante a Cristo en carácter, palabras y
acciones.—
Testimonies for the Church 5:277, 278
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