Página 216 - Ser Semejante a Jes

Basic HTML Version

Mantener la integridad a cualquier costo, 17 de julio
Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios.
Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida.
Hebreos 13:7 (NVI)
.
Cada plan y propósito de la vida debe estar sujeto a esta prueba infalible [la
Palabra de Dios]. La Palabra de la inspiración es la sabiduría de Dios aplicada a los
asuntos humanos. No importa cuán ventajoso pueda aparecer un cierto proceder
al juicio finito, si está denunciado por la Palabra de Dios, sólo será malo en sus
resultados.
Quizá sea difícil que los que ocupan cargos elevados puedan seguir una senda
de integridad constante, ya sea que reciban alabanzas o censuras. Sin embargo,
ésta es la única conducta segura. Toda la recompensa que puedan ganar al vender
su honor, será sólo como el aliento de labios contaminados, como la escoria que
debe ser consumida en el fuego. Los que tienen valor moral para oponerse a los
vicios y errores de sus prójimos, que quizá sean de aquellos a quienes honra el
mundo, recibirán odios, insultos e injuriosa falsedad. Quizá sean expulsados de
sus altos cargos porque no se dejan comprar ni vender, porque no se dejan influir
con sobornos ni amenazas para que manchen sus manos con iniquidad.
Todo lo que hay sobre la tierra quizá parezca conspirar contra ellos; pero
Dios ha puesto su sello sobre su obra divina. Quizá sean considerados por sus
semejantes como débiles, desprovistos de virilidad, incapaces para mantener el
cargo. Pero cuán diferente es el concepto que tiene de ellos el Altísimo. Los que los
desprecian son... ignorantes. Aunque las tormentas de las calumnias y el oprobio
puedan perseguir al íntegro durante toda la vida y puedan estrellarse contra su
tumba, Dios tiene preparado para él el “Bien hecho”. En el mejor de los casos,
la necedad y la iniquidad producirán una vida de inquietud y descontento que
terminará angustiosamente. Y cuántos, al contemplar su conducta y sus resultados,
son inducidos a terminar con sus propias manos su desdichada carrera. Y más
allá... aguarda el juicio y la sentencia final irrevocable: ¡Apártense...!
El Hijo de Dios ha establecido un ejemplo para todos sus seguidores. No
deben procurar la alabanza de los mortales, ni buscar para sí mismos comodidad
o riqueza... Deben imitar la vida de pureza y abnegación del Hijo de Dios a
cualquier costo... No manifestarán descuido hacia los derechos de otros. La ley de
Dios nos ordena que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, que no
permitamos que se establezca el mal contra ellos si lo podemos impedir. Pero la
norma que dio Cristo va todavía más allá...: “Que se amen los unos a los otros,
así como yo los he amado”. Nada menos que esto puede alcanzar la norma del
cristianismo.—
The Signs of the Times, 2 de febrero de 1882
.
Comentario Bíblico
Adventista 4:1192
.
[206]
212