Página 218 - Ser Semejante a Jes

Basic HTML Version

Permanecer cerca de Jesús y llegar a ser semejantes a él, 19 de
julio
Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo;
delicias a tu diestra para siempre.
Salmos 16:11
.
Este mundo es nuestra escuela, una escuela de disciplina y preparación. Esta-
mos aquí para formar caracteres semejantes al de Cristo, y para adquirir los hábitos
y el idioma de la vida superior. Las influencias que se oponen al bien abundan en
todos lados. La evolución del pecado ha llegado a tales niveles de abundancia y
profundidad, y ha llegado a ser tan abominable para Dios, que pronto se levantará
en su majestad para sacudir terriblemente la tierra.
Tan astutos son los planes del enemigo, tan aparentemente correctos los resul-
tados que producen, que los débiles en la fe no pueden discernir sus engaños Caen
en las trampas preparadas por Satanás, quien obra por medio de instrumentos
humanos para engañar, si fuere posible, aun a los escogidos. Solamente los que
están íntimamente relacionados con Dios serán capaces de descubrir las falsedades
y las intrigas del enemigo.—
Cada Día con Dios, 96
.
En este mundo hay sólo dos clases: los que sirven a Dios, y los que están bajo
el negro estandarte del príncipe de las tinieblas. Mientras estén en este mundo, los
que entren por las puertas de la ciudad de Dios deben vivir unidos a Cristo. Los
principios del gobierno divino, los únicos que perdurarán de eternidad a eternidad,
deben ser seguidos por los que buscan entrar en el reino de los cielos. La línea de
demarcación entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven debe mantenerse
clara e inconfundible.
Permitamos que Dios controle nuestra mente. No digamos ni hagamos nada
que desvíe a un semejante del camino recto. Me siento muy triste al pensar cuán
pocos han experimentado la profunda bendición de estar en comunión con un
Salvador que ha resucitado y ha ascendido al cielo. Los hombres y las mujeres del
mundo luchan por la supremacía. Los seguidores de Dios nunca pierden de vista
a Cristo, y preguntan: “¿Es éste el camino del Señor?” Un santo anhelo de vivir
la vida de Cristo debe llenar nuestro corazón. En Jesús reside la plenitud de la
Deidad corporalmente.
Colosenses 2:9
. En él están escondidos todos los tesoros
de la sabiduría y el conocimiento.
¡Oh, si nuestros hermanos pudiesen comprender las ventajas que tendrían si
miraran siempre a Jesús!... Él es nuestro Alfa y Omega. Al ponernos íntimamente
a su lado y al mantener comunión con él, llegaremos a ser semejantes a él. Por
medio del poder transformador del Espíritu de Cristo, cambia nuestro corazón y
nuestra vida.—
(Australasian) Union Conference Record, 1 de febrero de 1904
.
[208]
214