Para encontrar verdadera felicidad, obedecer a Dios, 20 de
julio
Estas bendiciones tuve porque guardé tus mandamientos.
Salmos 119:56
.
Debemos buscar la felicidad en la forma correcta, y en la fuente correcta.
Algunos piensan que seguramente pueden encontrar la felicidad en una conducta
de satisfacción en placeres pecaminosos, o en atracciones mundanales engañosas.
Y algunos sacrifican obligaciones físicas y morales pensando encontrar felicidad,
y pierden tanto el alma como el cuerpo. Otros buscarán su felicidad en la com-
placencia de un apetito desnaturalizado, y consideran la complacencia del gusto
más deseable que la salud y la vida. Muchos se permiten estar encadenados por
pasiones sensuales y sacrifican la fuerza física, el intelecto y los poderes de la
mente en la gratificación del placer. Descenderán prematuramente a la tumba, y
en el juicio serán acusados de haberse asesinado.
¿Es deseable esta... felicidad que se encuentra en el sendero de la desobediencia
y de la transgresión de la ley física y moral? La vida de Cristo señala la verdadera
fuente de felicidad, y de qué manera debe alcanzarse. Su vida señala el camino
directo y único al cielo.
Escuchemos la voz de la sabiduría. Permitamos que marque nuestra senda.
“Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”.
Proverbios 3:17
.
Las tentaciones están a cada lado para atraer los pasos de los jóvenes hacia
su ruina. La triste deficiencia en la educación de los hijos los deja débiles e inde-
fensos, fluctuantes en carácter, flojos en intelecto y deficientes en fortaleza moral,
de tal manera que lejos de imitar la vida de Cristo, generalmente los jóvenes son
semejantes a una caña que se estremece por el viento. No tienen constitución física
o poder moral porque ceden a las tentaciones. Por medio de complacencias peca-
minosas, mancillan su pureza, y sus modales están corrompidos. Son intolerantes
hacia las limitaciones, y se lisonjean de que si pudieran hacer lo que quisieran,
entonces serían muy felices...
Si los niños y los jóvenes quisieran buscar su bien terrenal más elevado,
deben buscarlo en la senda de la obediencia fiel. Un estado físico sano, que es
el mayor premio terrenal, puede obtenerse sólo por medio de una negación del
apetito antinatural. Si en verdad quisieran ser felices, deberían buscar alegremente
estar en el puesto del deber, haciendo con fidelidad la obra que les corresponde,
conformando su corazón y vida al modelo perfecto.—
The Youth’s Instructor, abril
de 1872
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