Página 312 - Ser Semejante a Jes

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El alimento debe ser integral y apetitoso, 17 de octubre
¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que
no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma
con grosura.
Isaías 55:2
.
Algunos de nuestros miembros se abstienen concienzudamente de alimentos
que no son higiénicos, pero no suministran a su organismo los elementos que
necesita para sustentarse. Los que llevan al extremo la reforma pro salud corren el
riesgo de preparar alimentos insípidos y que no satisfagan. Los alimentos deben
ser preparados de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe despojárselos
de lo que nuestro organismo necesita. Yo hago uso de un poco de sal y siempre lo
he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la sangre. Las
legumbres debieran hacerse más agradables aderezándolas con un poco de leche o
crema, o su equivalente.
Si bien se han dado advertencias con relación a los peligros de enfermedad que
derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de huevos por parte
de las criaturas, no debe considerarse como una violación de nuestros principios
el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente
alimentadas. Los huevos contienen ciertos principios que obran eficazmente contra
determinados venenos.
Algunos, al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su
cuerpo de una alimentación adecuada, y como consecuencia se han debilitado e
incapacitado para el trabajo. De esta manera, la reforma pro salud ha sido desacre-
ditada. La obra que nos hemos esforzado por levantar sólidamente se confunde
con las extravagancias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se
ven estorbadas. Pero Dios intervendrá para contrarrestar los resultados de ideas
tan extremistas. El propósito del evangelio es reconciliar a la raza pecaminosa.
Debe llevar a pobres y a ricos a los pies de Jesús. Llegará el tiempo cuando tal vez
tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos ahora, como la leche, la
crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por restricciones
prematuras y exageradas. Esperemos hasta que las circunstancias lo exijan y que
el Señor prepare el camino...
No contrarrestemos la reforma pro salud al no reemplazar por manjares sanos
y agradables los alimentos nocivos que hemos abandonado. En manera alguna
debe fomentarse el uso de estimulantes. Comamos solamente alimentos sencillos
y sanos, y demos gracias a Dios constantemente por los principios de la reforma
pro salud. Seamos fieles e íntegros en todas las cosas y alcanzaremos preciosas
victorias.—
Joyas de los Testimonios 3:361-363
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