Página 316 - Ser Semejante a Jes

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Obedecer las leyes de la naturaleza para gozar de salud, 21 de
octubre
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en
palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
1 Timoteo 4:12
.
No hay uno en mil, casado o soltero, que se dé cuenta de la importancia de tener
pureza de hábitos, para preservar la limpieza del cuerpo y la pureza de pensamiento.
La dolencia y la enfermedad son el resultado seguro de la desobediencia a las
leyes de la naturaleza y del descuido de las leyes de la vida y la salud. Necesitamos
preservar la casa en la cual vivimos, para que pueda honrar a Dios que nos redimió.
Necesitamos saber cómo mantener en buen estado la maquinaria viviente, para
que nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu puedan estar consagrados a su
servicio.
Como seres racionales somos lamentablemente ignorantes del cuerpo y de
sus necesidades. Mientras las escuelas que hemos establecido se han dedicado al
estudio de la fisiología, no han tomado la materia con esa energía resuelta con la
que debieran tomarla. No han practicado inteligentemente lo que han recibido en
conocimiento. Y no se dan cuenta de que, a menos que se practique eso, el cuerpo
se deteriorará.
A pesar de toda la luz que brilla de las Escrituras sobre este tema; a pesar de
las lecciones que tenemos en la historia de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego; a
pesar del resultado de un régimen alimentario sencillo y saludable, se hace poco
caso de las lecciones escritas por aquellos a quienes Dios inspiró. Generalmente
se descuidan los hábitos dietéticos de la gente; hay un aumento del uso del tabaco,
de las bebidas alcohólicas y de sustentarse a base de carne...
Ustedes son la propiedad del Señor, suyos por creación y por redención. “Ama-
rás a tu prójimo como a ti mismo”. Aquí se pone a la vista la ley del respeto de
sí mismo para la propiedad del Señor. Y esto llevará a respetar las obligaciones
bajo las que está cada ser humano para mantener en buen estado la maquinaria
viviente que está tan formidable y maravillosamente hecha. Es necesario entender
esta maquinaria viva. Cada parte de su maravilloso mecanismo debe ser estudiado
cuidadosamente. Debe practicarse la preservación propia...
La transgresión de la ley física es la transgresión de la ley de Dios. Nuestro
Creador es Jesucristo. Él es el Autor de nuestro ser. Él ha creado la estructura
humana. Él es el Autor de las leyes físicas así como es el Autor de la ley moral. Y
el ser humano que es descuidado en los hábitos y las prácticas que conciernen a
su vida y salud físicas, peca contra Dios.—
The Kress Collection, 45, 46
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