Jesús demostró que podemos obedecer, 5 de febrero
Y el que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en
esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha
dado.
1 Juan 3:24
.
“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que
me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él”.
Juan
14:21
.
[La frase] “El que tiene mis mandamientos” quiere decir una persona que tuvo
luz sobre lo que constituyen los mandamientos de Dios, y no los desobedecerá
aunque pueda serle ventajoso hacerlo... Si no fuera posible para nosotros guardar
los mandamientos de Dios, todos estaríamos perdidos. Pero bajo el pacto abrahá-
mico, el pacto de gracia, se hizo toda provisión para la salvación. “Por gracia sois
salvos”. “Mas a todos los que le recibieron... les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios”
Efesios 2:8
;
Juan 1:12
...
Hay sólo dos clases en nuestro mundo: los obedientes y los desobedientes; los
santos y los impíos. Cuando nuestras transgresiones fueron colocadas sobre Jesús,
fue contado con los impíos a cuenta del pecador. Llegó a ser nuestro Sustituto,
nuestra Seguridad ante el Padre y todos los ángeles celestiales. Imputándole los
pecados del mundo a Jesús, llegó a ser el pecador en lugar de nosotros, y sobre él
recayó la maldición debida a nuestros pecados. Nos resulta apropiado contemplar
la vida de humillación de Cristo y su muerte agonizante, porque fue tratado como
el pecador merece ser tratado. Vino a nuestro mundo revistiendo su divinidad
con la humanidad para soportar el examen y la prueba de Dios. Por su ejemplo
de obediencia perfecta en su naturaleza humana, nos enseña que podemos ser
obedientes.
Y el apóstol escribe: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento
de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y
a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de
aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado
preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes
de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia”.
2 Pedro 1:2-4
. Aquí se revela claramente que todos
los que creen en Jesucristo llegan a ser participantes de la naturaleza divina. Que
la divinidad y la humanidad cooperen, y los seres humanos caídos podrían ser más
que vencedores por medio de Cristo Jesús.—
The Signs of the Times, 24 de abril
de 1893
.
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