Israel promete obedecer los mandamientos de Dios, 7 de
febrero
Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos
todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.
Éxodo 24:7
.
Se hizo entonces la preparación para la ratificación del pacto, de acuerdo con
las instrucciones de Dios se cita.
Éxodo 24:4-8
...
Aquí los israelitas recibieron las condiciones del pacto. Hicieron un pacto
solemne con Dios, que representaba el pacto hecho entre Dios y cada creyente
en Jesucristo. Las condiciones fueron claramente presentadas delante del pueblo.
No se los dejó librados a entenderlas mal. Cuando se les requirió que decidieran
si convenían con todas las condiciones dadas, unánimemente consintieron en
obedecer cada obligación. Ya habían consentido en obedecer los mandamientos
de Dios. Fueron especificados entonces los principios de la ley para que ellos
pudieran saber cuánto estaba implicado en comprometerse a obedecer la ley; y
aceptaron los detalles específicamente definidos de la ley.
Si los israelitas hubiesen obedecido los requisitos de Dios, habrían sido cristia-
nos prácticos. Habrían sido felices, pues habrían estado siguiendo por los caminos
de Dios y no las inclinaciones de su propio corazón natural. Moisés no les dejó
que interpretaran erróneamente las palabras del Señor o que aplicaran mal sus
requisitos. Escribió todas las palabras del Señor en un libro para que después
se pudiera hacer referencia a ellas. En el monte las había escrito como las dictó
Cristo mismo.
Valientemente los israelitas pronunciaron las palabras que prometían obedien-
cia al Señor, después de escuchar el pacto divino leído a oídos del pueblo. Dijeron:
“Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos”. Entonces el
pueblo fue puesto aparte y sellado para Dios. Se ofreció un sacrificio al Señor.
Se asperjó sobre el altar una porción de la sangre del sacrificio. Esto significaba
que el pueblo se había consagrado, cuerpo, mente y alma, a Dios. Una porción
fue asperjada sobre el pueblo. Esto significaba que mediante la sangre asperjada
de Cristo, Dios bondadosamente los aceptaba como su tesoro especial. Así los
israelitas entraron en un pacto solemne con Dios.—
Comentario Bíblico Adventista
1:121
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