Página 104 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La Segunda Venida y el Cielo
la gloria del Redentor en el reino de Dios.—
Maranata: El Senor
Viene, 363
.
No habrá casamientos ni nacimientos
—Hay quienes hoy día
expresan su creencia de que habrá casamientos y nacimientos en la
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tierra nueva, pero los que creen en las Escrituras no pueden aceptar
tales doctrinas. La doctrina de que nacerán niños en la tierra nueva
no es una parte de la “palabra profética más segura”.
2 Pedro 1:19
.
Las palabras de Cristo son demasiado claras para ser mal entendidas.
Debieran resolver para siempre la cuestión de los casamientos y
nacimientos en la tierra nueva. Ni los que serán levantados de los
muertos ni los que serán trasladados sin ver la muerte se casarán
o serán dados en casamiento. Serán como los ángeles de Dios,
miembros de la familia real.—
Maranata: El Senor Viene, 367
.
No más noche ni necesidad de descanso
—En la ciudad de
Dios “no habrá ya más noche”. Nadie necesitará ni deseará descanso.
No habrá quien se canse haciendo la voluntad de Dios ni ofreciendo
alabanzas a su nombre. Sentiremos siempre la frescura de la mañana,
que nunca se agostará. “No necesitan luz de lámpara, ni luz del sol;
porque el Señor Dios los alumbrará”.
Apocalipsis 22:5 (VM)
. La
luz del sol será sobrepujada por un brillo que sin deslumbrar la vista
excederá sin medida la claridad de nuestro mediodía. La gloria de
Dios y del Cordero inunda la ciudad santa con una luz que nunca se
desvanece. Los redimidos andan en la luz gloriosa de un día eterno
que no necesita sol.—
El Conflicto de los Siglos, 655
.
No habrá templo, sino comunión cara a cara
—“No vi templo
en ella; porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero son el
templo de ella”.
Apocalipsis 21:22 (VM)
. El pueblo de Dios tiene el
privilegio de tener comunión directa con el Padre y el Hijo. “Ahora
vemos obscuramente, como por medio de un espejo”.
1 Corintios
13:12 (VM)
. Vemos la imagen de Dios reflejada como en un espejo
en las obras de la naturaleza y en su modo de obrar para con los
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hombres; pero entonces le veremos cara a cara sin velo que nos lo
oculte. Estaremos en su presencia y contemplaremos la gloria de su
rostro.—
El Conflicto de los Siglos, 735
.
No más dolor, enfermedad o muerte
—Oh, cuánto anhelo que
Jesús venga. Anhelo ese hogar en el reino de gloria donde no habrá
enfermedad, ni tristeza, ni dolor, ni muerte.—
Manuscript Releases
10:383
.