Página 105 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La tierra renovada
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Ni contienda ni discordia
—No hay voces de contienda que
contaminen la dulce y perfecta paz del cielo. Sus habitantes no
conocen tristeza, ni dolor, ni lágrimas. Todo está en perfecta armonía,
en perfecto orden, y en perfecta bienaventuranza...
El cielo es un lugar donde la simpatía mora en cada corazón y
es expresada en cada mirada. Allí reina el amor. No hay elementos
desagradables, ni discordia o contenciones o guerra de palabras.—
Eventos de los Últimos Días, 300
.
El sábado continuará siendo observado en la tierra nueva
Se me mostró que la ley de Dios permanecerá inalterable por siem-
pre y regirá en la nueva tierra por toda la eternidad. Cuando en la
creación se echaron los cimientos de la tierra, los hijos de Dios
contemplaron admirados la obra del Creador, y la hueste celestial
prorrumpió en exclamaciones de júbilo. Entonces se echaron tam-
bién los cimientos del sábado. Después de los seis días de la creación,
Dios reposó el séptimo, de toda la obra que había hecho, y lo bendijo
y santificó, porque en dicho día había reposado de toda su obra. El
sábado fue instituido en el Edén antes de la caída, y lo observaron
Adán y Eva y toda la hueste celestial. Dios reposó en el séptimo día,
lo bendijo y lo santificó. Vi que el sábado nunca será abolido, sino
que los santos redimidos y toda la hueste angélica lo observarán
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eternamente en honra del gran Creador.—
Primeros Escritos, 217
.
El sábado no era para Israel solamente, sino para el mundo entero.
Había sido dado a conocer al hombre en el Edén, y como los demás
preceptos del Decálogo, es de obligación imperecedera. Acerca de
aquella ley de la cual el cuarto mandamiento forma parte, Cristo
declara: “Hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde
perecerá de la ley”. Así que mientras duren los cielos y la tierra, el
sábado continuará siendo una señal del poder del Creador. Cuando
el Edén vuelva a florecer en la tierra, el santo día de reposo de Dios
será honrado por todos los que moren debajo del sol. “De sábado en
sábado”, los habitantes de la tierra renovada y glorificada, subirán
“a adorar delante de mí, dijo Jehová”.—
El Deseado de Todas las
Gentes, 249, 250
.
Comunión con los fieles de todas las edades
—Allí los redimi-
dos conocerán como son conocidos. Los sentimientos de amor y
simpatía que el mismo Dios implantó en el alma, se desahogarán
del modo más completo y más dulce. El trato puro con seres san-