Página 115 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La escuela celestial
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las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y en todas
ellas se ostenta la riqueza de su poder.
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán
consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios
y de Cristo. Así como el conocimiento es progresivo, así también el
amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan
los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter.—
El
Hogar Cristiano, 497
.
Educación superior en la vida futura
—Cristo, el Maestro ce-
lestial, guiará a su pueblo al árbol de la vida que crece a cada lado
del río de la vida, y explicará a los suyos las verdades que no podían
entender en esta vida. En aquella vida futura su pueblo obtendrá la
educación superior en su plenitud. A los que entren en la ciudad
de Dios se les colocará sobre sus cabezas coronas de oro. Será una
escena de gozo que ninguno de nosotros puede permitirse perder.
Echaremos nuestras coronas a los pies de Jesús, y vez tras vez le
daremos gloria y alabaremos su santo nombre. Los ángeles se unirán
en los cantos de triunfo. Tocando sus arpas de oro llenarán todo el
cielo con dulce música y cantos al Cordero.—
Comentario Bíblico
Adventista 7:999
.
El plan de redención se revelará progresivamente
—En esta
vida, podemos apenas empezar a comprender el tema maravilloso de
la redención. Con nuestra inteligencia limitada podemos considerar
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con todo fervor la ignominia y la gloria, la vida y la muerte, la justicia
y la misericordia que se tocan en la cruz; pero ni con la mayor
tensión de nuestras facultades mentales llegamos a comprender todo
su significado. La largura y anchura, la profundidad y altura del
amor redentor se comprenden tan sólo confusamente. El plan de
la redención no se entenderá por completo ni siquiera cuando los
rescatados vean como serán vistos ellos mismos y conozcan como
serán conocidos; pero a través de las edades sin fin, nuevas verdades
se desplegarán continuamente ante la mente admirada y deleitada.
Aunque las aflicciones, las penas y las tentaciones terrenales hayan
concluido, y aunque la causa de ellas haya sido suprimida, el pueblo
de Dios tendrá siempre un conocimiento claro e inteligente de lo
que costó su salvación.
La cruz de Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos
durante toda la eternidad. En el Cristo glorificado, contemplarán al