Página 128 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La Segunda Venida y el Cielo
De Cristo está escrito: “En él estaba la vida, y la vida era la luz
de los hombres”. Él es la fuente de vida. Obedecerle es el poder
vivificante que alegra el alma.
Cristo declara: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nun-
ca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.—
Comentario Bíblico Adventista 7:999, 1000
.
El estudio de la Biblia acerca el cielo a la iglesia
—Cristo y su
Palabra están en perfecta armonía. Recibidos y obedecidos, abren
una senda segura para los pies de todos los que están dispuestos a
andar en la luz como Cristo es la luz. Si el pueblo de Dios apreciase
su Palabra, tendríamos un cielo en la iglesia aquí en la tierra. Los
cristianos tendrían avidez y hambre por escudriñar la Palabra. Anhe-
larían tener tiempo para comparar pasaje con pasaje, y para meditar
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en la Palabra. Anhelarían más la luz de la Palabra que el diario de
la mañana, las revistas o las novelas. Su mayor deseo sería comer
la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Y como resultado, su
vida se conformaría a los principios y las promesas de la Palabra.
Sus instrucciones serían para ellos como las hojas del árbol de vida.
Sería en ellos una fuente de aguas, que brotaría para vida eterna.
Los raudales refrigerantes de la gracia renovarían la vida del alma,
haciéndole olvidar todo afán y cansancio. Se sentirían fortalecidos y
animados por las palabras de la inspiración.
Los ministros serían inspirados por una fe divina. Sus oraciones
se caracterizarían por el fervor, estarían henchidos de la seguridad de
la verdad. Olvidarían el cansancio en la luz del cielo. La verdad se
entretejería con su vida y sus principios celestiales serían como una
corriente fresca capaz de satisfacer constantemente el alma.—
Joyas
de los Testimonios 3:237, 238
.
Por la fe podemos estar en el umbral de la ciudad eterna
¿Qué sostuvo al Hijo de Dios en su vida de pruebas y sacrificios? Vio
los resultados del trabajo de su alma y fue saciado. Mirando hacia
la eternidad, contempló la felicidad de los que por su humillación
obtuvieron el perdón y la vida eterna. Su oído captó la aclamación
de los redimidos. Oyó a los rescatados cantar el himno de Moisés y
del Cordero.
Podemos tener una visión del futuro, de la bienaventuranza en
el cielo. En la Biblia se revelan visiones de la gloria futura, escenas
bosquejadas por la mano de Dios, las cuales son muy estimadas por