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La Segunda Venida y el Cielo
lleno de formas radiantes—“millones de millones, y millares de
millares”—. Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni
mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor... A medida
que va acercándose la nube viviente, todos los ojos ven al Príncipe
de la vida. Ninguna corona de espinas hiere ya sus sagradas sienes,
ceñidas ahora por gloriosa diadema. Su rostro brilla más que la luz
deslumbradora del sol de mediodía...
El Rey de reyes desciende en la nube, envuelto en llamas de
fuego. El cielo se recoge como un libro que se enrolla, la tierra
tiembla ante su presencia, y todo monte y toda isla se mueven de sus
lugares. “Vendrá nuestro Dios, y no callará: fuego consumirá delante
de él, y en derredor suyo habrá tempestad grande. Convocará a los
cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo”.
Salmos 50:3,
4
.—
El Conflicto de los Siglos, 699
.
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Jesús es visto claramente sobre la nube
—La nube viviente de
majestad y gloria sin par, se acercó aun más, y pudimos claramente
vislumbrar la hermosa persona de Jesús. No llevaba una corona de
espinas; sino que una corona de gloria adornaba su santa frente.
Sobre sus vestidos y su muslo había un nombre escrito, REY DE
REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Sus ojos eran una llama de
fuego, sus pies tenían la apariencia de bronce bruñido, y su voz
tenía el sonido de muchos instrumentos musicales. Su rostro era tan
brillante como el sol de mediodía.—
Spiritual Gifts, 207
.
El gozo del pueblo de Dios
—La revelación de su propia gloria
en la forma humana, acercará tanto el cielo a los hombres que la
belleza que adorne el templo interior se verá en toda alma en quien
more el Salvador. Los hombres serán cautivados por la gloria de un
Cristo que mora en el corazón. Y en corrientes de alabanza y acción
de gracias procedentes de muchas almas así ganadas para Dios, la
gloria refluirá al gran Dador.
“Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti”.
Isaías 60:1
. Este mensaje se da a aquellos
que salen al encuentro del Esposo. Cristo viene con poder y grande
gloria. Viene con su propia gloria y con la gloria del Padre. Viene
con todos los santos ángeles. Mientras todo el mundo esté sumido
en tinieblas, habrá luz en toda morada de los santos. Ellos percibirán
la primera luz de su segunda venida. La luz no empañada brillará
del esplendor de Cristo el Redentor, y él será admirado por todos los