Página 55 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

Basic HTML Version

Al fin cara a cara
51
“Si permaneciere la obra de alguno...recibirá la recompen-
sa”
—Gloriosa será la recompensa concedida cuando los obreros
fieles sean congregados en derredor del trono de Dios y el Cordero.
Cuando Juan, en su estado mortal, contempló la gloria de Dios, cayó
como muerto; no pudo soportar esa visión. Cuando lo mortal se haya
vestido de inmortalidad, los redimidos serán como Jesús, porque
[69]
le verán tal cual es. Estarán delante del trono, lo cual significa que
habrán sido aceptados. Todos sus pecados habrán sido borrados,
todas sus transgresiones, disipadas. Entonces podrán mirar sin velo
la gloria del trono de Dios. Habrán sido participantes con Cristo en
sus sufrimientos, habrán trabajado juntamente con él en el plan de
la redención, y habrán de participar con él en el gozo de contemplar
las almas salvadas por su medio para que alaben a Dios durante toda
la eternidad.—
Joyas de los Testimonios 2:168, 169
.
El Rey del cielo
—Cuando Cristo vino a esta tierra la primera
vez, lo hizo humilde y oscuramente, y su vida fue de sufrimiento y
pobreza... En ocasión de su segunda venida todo será diferente. Los
hombres no lo verán como un prisionero rodeado por el populacho,
sino como al Rey del cielo. Cristo vendrá en su propia gloria, en la
gloria del Padre, y en la gloria de los santos ángeles. Millones de
millones y millares de millares de ángeles, los hermosos y triunfantes
hijos de Dios, que poseen una inconmensurable hermosura y gloria,
lo escoltarán en su camino. En lugar de la corona de espinas, él
llevará una corona de gloria—una corona dentro de una corona—.
En lugar de ese antiguo manto de púrpura, estará vestido con un
ropaje del blanco más puro, tanto que “ningún lavador en la tierra
los puede hacer tan blancos”.
Marcos 9:3
. Y en su vestido y en su
muslo habrá escrito un nombre: “Rey de reyes y Señor de señores”.
Apocalipsis 19:16
.—
Maravillosa Gracia de Dios, La, 358
.
Recibidos en el gozo de su Señor
—El mismo que dio su pre-
ciosa vida por ellos, quien por su gracia movió sus corazones al
arrepentimiento, quien los despertó a su necesidad de arrepentimien-
to, los recibe ahora en su gozo. ¡Oh, cuánto lo aman! La realización
de su esperanza es infinitamente mayor que su expectativa. Su gozo
[70]
es completo, y ellos toman sus refulgentes coronas y las arrojan a
los pies de su Redentor.—
Consejos Sobre Mayordomía Cristiana,
364
.