Página 68 - La Segunda Venida y el Cielo (2003)

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La Segunda Venida y el Cielo
naán ¡Entonces podría contar algo de la gloria del mundo mejor!
Vi tablas de piedra en que estaban esculpidos en letras de oro los
nombres de los 144.000.—
Primeros Escritos, 18, 19
.
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La promesa de Dios a Elena G. de White
—El Señor me mos-
tró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas y un ángel me
acompañó desde la ciudad a un lugar brillante y glorioso... Supliqué
a mi ángel acompañante que me dejara permanecer allí. No podía
sufrir el pensamiento de volver a este tenebroso mundo. El ángel me
dijo entonces: “Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000,
el privilegio de visitar todos los mundos y ver la obra de las manos
de Dios”.—
Primeros Escritos, 39, 40
.
Abel recibirá la inmortalidad
—En su segunda venida todos
los preciosos muertos, desde el justo Abel hasta el último santo que
muera, serán despertados a la vida gloriosa e inmortal.—
Comentario
Bíblico Adventista 5:1085
.
Abrahán recibirá su posesión eterna
—Le fue revelado el plan
de redención, en la muerte de Cristo, el gran sacrificio, y su venida en
gloria. También vio Abrahán la tierra restaurada a su belleza edénica,
que se le daría a él para siempre, como pleno y final cumplimiento
de la promesa.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 131, 132
.
Los vencedores recibirán la corona
—Que ninguno se lisonjee
pensando que es una persona de éxito, a menos que conserve la
integridad de su conciencia y se entregue del todo a la verdad y a
Dios. Debemos avanzar firmemente y nunca perder el ánimo ni la
fe en las buenas obras, no importan las pruebas que se presenten en
el camino o la oscuridad moral que nos rodee. La paciencia, la fe,
y el amor por el deber son las lecciones que tenemos que aprender.
Subyugar el yo y contemplar a Jesús es trabajo de todos los días.
El Señor nunca abandonará al alma que confía en él y solicita su
ayuda. La corona de la vida se coloca sobre la frente de aquel que ha
vencido. Para todos, hay una obra seria y solemne que hacer por Dios
[87]
mientras dure la vida. A medida que el poder de Satanás aumenta
y se multiplican sus artimañas, los que están a cargo del rebaño de
Dios deben mostrarse hábiles y aptos y ejercer un perspicaz don de
mando. No solamente tiene cada uno de nosotros una obra que hacer
por su propia alma, sino que también tenemos el deber de despertar a
otros para que busquen la vida eterna.—
Testimonios para la Iglesia
5:66, 67
.