Página 107 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Excesos en el matrimonio
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Naturaleza destructiva de los excesos sexuales
—Cuando una
esposa rinde su cuerpo y su mente al control del esposo, sometién-
dose a su voluntad en todo, sacrificando su conciencia, su dignidad
y su identidad, pierde la oportunidad de ejercer sobre él la poderosa
influencia para bien que debería poseer para elevar a su esposo. No
puede suavizar su naturaleza tosca y ejercer su influencia de tal ma-
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nera que logre suavizarlo, refinarlo y purificarlo, ayudándole a luchar
seriamente para que gobierne sus pasiones, y posea una mente más
espiritual que le permita participar de la naturaleza divina, huyendo
de la corrupción que impera en el mundo debido a la concupiscencia.
Es muy grande el poder de la influencia que puede guiar la
mente hacia temas elevados y nobles, por encima de la complacencia
sensual, que el corazón no renovado por la gracia no puede lograr
naturalmente. Si la esposa siente que, para satisfacer a su esposo,
tiene que rebajar sus normas, cuando las pasiones animales llegan a
constituirse en la base principal del amor, desagrada a Dios porque
falla al no ejercer una influencia santificadora sobre su esposo. Si
siente que debe someterse a sus pasiones animales sin protestar,
revela que no entiende cuáles son sus deberes hacia Dios tanto como
hacia su esposo. Los excesos sexuales destruyen el amor por la
ejercitación devocional, le quitan al organismo la sustancia necesaria
para nutrirlo, y consumen en forma efectiva la vitalidad. Ninguna
mujer debería ayudar al esposo en esta obra de autodestrucción. No
lo hará si está iluminada y lo ama de veras...
Preservación de la mente y el cuerpo
—Que los hombres y las
mujeres temerosos de Dios despierten al deber. Muchos profesos
cristianos sufren de parálisis nerviosa y cerebral debido a la intempe-
rancia en estos asuntos. Surge una descomposición ósea y medular
en muchos que son considerados como hombres buenos, que oran
y lloran, que ocupan posiciones elevadas, pero cuyos esqueletos no
traspasarán jamás los portales de la ciudad celestial.
¡Ojalá yo pudiera lograr que todos entendiesen la obligación que
tienen ante Dios de preservar sus facultades físicas y mentales en la
mejor condición posible para poder rendirle un servicio perfecto a
su Creador!...
Transmisión del vicio de padres a hijos
—Desde su juventud
han debilitado el cerebro y extraído la savia de la constitución física
por la gratificación de las pasiones animales. La abnegación y la
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