Página 121 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Abuso de menores
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que la hacía un segundo Edén, porque la tierra se había contaminado
por sus habitantes.
Esos cuerpos que Ud. manoseó son propiedad adquirida de Je-
sucristo. Sé que ése es su pecado, pero sé también que, si la verdad
hubiera estado entronizada en su corazón, ella le habría hecho apa-
recer el pecado en su verdadera dimensión, pues cuando la verdad
se introduce en el templo del alma, expulsa del corazón la concupis-
cencia y la contaminación moral...
Ud. afirma que no ha cometido adulterio. Dios imputa adulte-
rio en contra de cualquiera que haga esas cosas, y cualquiera que
comunique a otro esas prácticas viles corrompe esa alma con fanta-
sías viles. ¿No puede Ud. percibir y entender que, con lo que hace,
está dirigiendo a los jóvenes a la masturbación? Les ha dado la
fruta del árbol del conocimiento [del bien y del mal], y cada maldad
que les haya sido enseñada los lleva a participar del fruto del árbol
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del conocimiento [del bien y del mal] que Dios prohibió que se
comiera...
¿Qué palabras podría yo usar para expresarle la enormidad de
ese terrible pecado? ¿Cómo podría yo presentarle el asunto para que
no lo considerara como lo ha hecho, como si no fuera un gravísimo
error? Tengo nietas, las hijas de mi hijo W. C. White. Si yo fuera
forzada a elegir entre que esas niñas fueran expuestas a esas tenta-
ciones, instruidas en esas malas prácticas, o que fueran segadas por
la muerte, yo diría que es preferible que mueran en su inocencia.
Que no sean corrompidas comiendo las manzanas de Sodoma...
Si Ud. se tomara de Cristo por medio de una fe viviente, y
humillara su alma en su presencia, él tomaría su caso en sus manos
y los ángeles lo guardarían. Pero para ello Ud. necesita resistir al
diablo. Tiene que educarse en una línea de pensamiento diferente.
No deposite su confianza en Ud. mismo. Nunca procure la compañía
de mujeres o señoritas. Manténgase alejado de ellas. Su gusto moral
está tan pervertido que se arruinará a Ud. mismo y a muchas almas
si no se torna íntegro. Eduque su mente para que estudie la Palabra
de Dios. Estúdiela con todo su corazón y ore mucho. La vida eterna
vale el esfuerzo perseverante, incansable de una vida. Eduque esa
mente que Ud. ha usado mal y que ha dirigido por canales erróneos
de pensamiento. Edúquela para que se espacie en la vida, el carácter
y las lecciones de Cristo.