Página 132 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

Basic HTML Version

128
Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
vaya al Salvador misericordioso y perdonador de pecados. Corte los
eslabones de la cadena; desconéctese de ellos.
Ud. tiene miedo de hacerlo porque teme ser expuesto. No puede
evitar ser expuesto dentro de poco, a pesar de haber ocultado su
verdadera condición. Dios me ha hecho saber algunas cosas para
animarlo a que le dé otra oportunidad a su alma. Tiene que elegir
entre el amor propio y el pecado por un lado, y Cristo, su pureza
y su justicia por el otro. Si rinde a Dios el corazón, el alma y el
cuerpo, dejará de ser un esclavo del pecado. ¡Oh, no puedo soportar
el pensamiento de que alguien que ha tenido tanta luz permanezca
en la esclavitud del pecado y de Satanás!
Transformación completa
—No hay esperanza para Ud. a no
ser que lleve a cabo una completa transformación del carácter. En-
tonces, tratará de honrar a Cristo y ser como Cristo. Su ley será la
norma de su vida. Apresúrese a poner de nuevo sus pies en el senda
[158]
de la santidad. Salve su alma echándose al pie de la cruz. Acérquese
a Jesús, sea feliz y vaya al cielo. La predicación no es todo lo que
Ud. necesita; necesita que sus pecados sean reprendidos de la misma
manera como Natán reprendió a David. “Tú eres aquel hombre”.
Necesita ser piadoso, tener un corazón puro y una vida perfecta; si
no fuere así morirá en sus pecados y perecerá con los impíos.
Quiera el Señor persuadir su alma; ésa es mi oración.—
Carta 1e,
1890
.
Mensaje para una concubina
—Tengo un mensaje breve para
Ud. Durante algunos años me ha sido revelado su proceder en re-
lación con la familia de Ira K. Este es un capítulo encubierto en la
experiencia de ambos, lo cual ha llevado a algunos a conjeturar. Esta
experiencia los ha unido a ambos en un compañerismo impío. He
oído que Ud. y su hermano se habían convertido y, si esa informa-
ción es correcta, Ud. habría estado dando frutos de arrepentimiento.
“El que encubre sus pecados no prosperará”.
Ud. ha ejercido una notable influencia sobre Ira K. Su conexión
con él ha sido de tal carácter—como Ud. bien lo sabe—que, a menos
que se arrepienta y confiese, no verá jamás el reino de los cielos.
¿Puede Ud. vender su alma por un precio tan bajo? ¿Es posible
que el pecado haya perdido para Ud. su atrocidad? No tengo la
más mínima confianza en quien por mucho tiempo he llamado el
hermano K.