Página 134 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
ha cometido, y los del esposo de la hermana K. Uds. han tejido entre
ambos una red de acero, pero los juicios de Dios no serán detenidos
por más tiempo si continúan en las sendas que han estado andando.
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Paciencia e ira de Dios
—Dios mantiene registro de los pecados
de las naciones y de los individuos, y cuando alcanzan cierta medi-
da, que se considera el nivel máximo, la gran paciencia de Dios se
agota y su ira deja de dormitar. Si fuera necesario, puedo mostrarle
las reprobaciones dadas a Ira K. No puedo llamarlo más hermano,
porque él no es cristiano. He trabajado para evitarle las profundi-
dades de la desesperación, aguardando siempre que reconociera su
mala conducta, que se arrepintiera antes de rechazar para siempre el
último rayo de la misericordia de Dios.
Pero me ha sido mostrado que él ha fijado su posición de mente y
corazón en contra del proceder correcto, y recibe su influencia cruel
como verdad. Ud. lo ha ayudado a darle la espalda a quienes son
sus verdaderos amigos y ejercerían una influencia orientada hacia la
salvación de su alma. Es tiempo de que yo hable. Ira K no quiere
que yo vaya a su casa. No me quiere cerca de él porque teme que
reprenderé su conducta impía, como también la suya.
Me atrevo a no ocultarle estas cosas. Confío que Ud. ahora
buscará al Señor con todo su corazón con el fin de encontrarlo. Sería
mucho mejor que fuera al Señor con humildad por el resto de su vida
en vez de perder su alma y ser el medio por el cual otras almas se
pierdan como consecuencia de su conducta. El pecado no le parece
excesivamente pecaminoso, pero Dios dice: “Conozco tus obras”.
Así que, ante cualquier engaño que haya practicado, cada palabra
engañosa que haya pronunciado, y delante de cada acción impía, ha
habido un observador de cuya presencia Ud. no puede excluirse.
En la fiesta de Belsasar
—Muy poco sabía Belsasar, aquella
noche de fiesta sacrílega, acerca de que un mensajero celestial ob-
servaba todos sus movimientos y que, esa noche, la representación
que apareció en el palacio contenía el número de sus obras inicuas
en su medida plena. No sería ya protegido y escudado por Dios. El
poder refrenador ya no desviaría el mal; él caería, su reino pasaría a
otras manos y se le quitaría la vida.
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Súplicas de la Palabra de Dios
—Mi corazón está cargado de
tristeza. Me pregunto: ¿Será que esas almas sólo resucitarán en la
segunda resurrección? ¿Deben ser dejadas fuera de la ciudad de