Página 178 - Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio (1993)

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Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio
fuera encontrado en su misma situación? ¿Podría Ud., sin mayor
evidencia de parte del dirigente que la que Ud. ha mostrado, reco-
mendar que se le concedieran credenciales como si fuera un ministro
con propósitos puros y santos delante de Dios? ¿No se da cuenta de
que está poniendo a sus compañeros de labor en una situación incó-
moda y nada envidiable? ¿Será que ellos se aventurarían a hacerse
responsables de su carácter y su futura influencia en la obra y causa
de Dios?
Responsabilidad debido a una luz mayor
—Su caso me ha
sido presentado como peor que el del pastor R, porque Ud. disponía
de mayor iluminación, capacidad e influencia. El caso de él es un
faro para guardarlo a Ud. de no seguir sus pasos. Al pastor R se le
retiraron las credenciales; es un hombre arrepentido en profundidad,
se humilló hasta el polvo.
Supongamos que David, luego de haber sido reprobado por Na-
tán, hubiera repetido la misma ofensa, ¿le tendría entonces compa-
sión el Señor? El se arrepintió amargamente; declaró que su transgre-
sión estaba siempre delante de él. Escuche su confesión humillada y
ponga atención a sus desesperados lamentos.
Limpiemos el campamento
—Como pueblo, debemos levantar-
nos y limpiar el campamento de Israel. La licencia, las intimidades
ilícitas y las prácticas no santificadas se están introduciendo en nues-
tro medio en gran medida; ministros que manejan las cosas sagradas
son culpables de tales pecados: codician la mujer del prójimo y
quebrantan el séptimo mandamiento. Corremos el peligro de llegar
a ser una hermana de la caída Babilonia, y permitir que nuestras
iglesias se corrompan, se llenen de todo espíritu inmundo y alber-
guen a toda ave inmunda y aborrecible. ¿Podremos ver claramente
nuestra situación y no proceder en forma decidida a curar los males
existentes?
¿Le gustaría que otros sigan su ejemplo? ¿Quisiera que recorrie-
ran el camino que Ud. ha transitado y, sin embargo, sintieran que no
han causado daño alguno? Sin arrepentimiento y conversión Ud. es
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un hombre arruinado.
He oído [pastor H] que Ud. está siguiendo algunos tratamientos
en el sanatorio, actuando como capellán y predicando en el taber-
náculo. En este momento no parece correcto que Ud. asuma tales